Durante Semana Santa, la Nasa reveló nuevos detalles de las lunas oceánicas de Júpiter y Saturno. Estos descubrimientos, que llegaron de la mano de los investigadores de la misión Cassini a Saturno y el Telescopio Espacial Hubble, han aumentado el interés del mundo científico en los ‘mundos oceánicos’ del Sistema Solar.
En el informe presentado por la Nasa, los científicos de Cassini anuncian que existe una ‘forma de energía química’ de la que puede alimentarse la vida y que parece estar en ‘Encelado’, una de las la lunas de Saturno. Además, los investigadores del Hubble dieron a conocer una evidencia adicional relacionada con plumas que estallan de ‘Europa’, una de las lunas de Júpiter.
“Esto es lo más cerca que hemos llegado, hasta ahora, a la identificación de un lugar con algunos de los ingredientes necesarios para un entorno habitable“, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Nasa. Zurbuchen añadió que “estos resultados demuestran la naturaleza interconectada de las misiones científicas de la Nasa que nos están acercando a responder si realmente estamos solos o no”.
Las observaciones de Cassini
El trabajo de los investigadores de la misión Cassini, publicado en la revista Science, indicó también que el gas hidrógeno, que potencialmente podría proporcionar una fuente de energía química para la vida, se vierte en el océano subsuperficial de Encelado y genera ‘actividad hidrotermal’ en el fondo marino. La presencia de una amplia cantidad de hidrógeno en el océano de la luna significa que los microbios -si es que existen- podrían utilizarlo para obtener energía, combinando dicho hidrógeno con dióxido de carbono disuelto en el agua. Esta reacción química, conocida como metanogénesis, produciría metano como un subproducto, y el metano está en la raíz del árbol de la vida en la Tierra. Este, incluso, pudo haber jugado un papel crítico en el origen de la vida en nuestro planeta.
Según la ciencia, la vida tal y como la conocemos requiere tres ingredientes primarios: agua líquida, una fuente de energía para el metabolismo y los ingredientes químicos correctos (principalmente carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre). Por lo anterior, estos nuevos hallazgos son una línea independiente de evidencia de que la actividad hidrotérmica está teniendo lugar en el océano de Encelado. De hecho, los resultados que se habían publicado en marzo de 2015 sugirieron que el agua caliente estaba interactuando con la roca bajo el mar. Los nuevos hallazgos apoyan esta conclusión y añaden que la roca parece estar reaccionando químicamente para producir el hidrógeno.
Así, Cassini ha demostrado que Encelado, una pequeña luna helada ubicada a un billón de millas más lejos del Sol que de la Tierra, tiene casi todos los ingredientes para la habitabilidad. Aunque Cassini aún no ha demostrado que el fósforo y el azufre están presentes en el océano, los científicos sospechan que sí hay presencia de estos elementos en Encelado, ya que se cree que el núcleo rocoso de Encelado es químicamente similar a de los meteoritos que contienen los dos elementos.
“La confirmación de que la energía química para la vida existe dentro del océano de una pequeña luna de Saturno es un hito importante en nuestra búsqueda de mundos habitables más allá de la Tierra”, dijo Linda Spilker, investigadora del proyecto Cassini en el laboratorio de propulsión a chorro de la Nasa.
Qué mostró Hubble
Por su parte, el artículo que detalla las observaciones más recientes del telescopio espacial Hubble, publicado en The Astrophysical Journal Letters, informa sobre las observaciones de Europa a partir de 2016, en las que se vio una probable ‘pluma’ de material que brota de la superficie lunar en el mismo lugar en donde Hubble encontró evidencia de una pluma en 2014. Estas imágenes refuerzan la prueba de que los penachos de Europa podrían ser un fenómeno real, ardiendo de forma intermitente en la misma región en la superficie de esta luna.
Hoy, la pluma recién creada se eleva a unos 100 kilómetros por encima de la superficie de Europa, mientras que la observada en 2014 se estima que está a unos 30 kilómetros (50 millas) de altura. Ambas corresponden a la ubicación de una región inusualmente cálida que contiene rasgos que parecen ser grietas en la corteza helada de la luna (dichas grietas ya habían sido vistas a finales de los años 90 por la nave espacial Galileo de la Nasa). Los investigadores especulan que, al igual que Encelado, esto podría ser un indicio de erupción de agua desde el interior de la luna.
“Las plumas de Encelado están asociadas con regiones más calientes, así que después de que Hubble representara esta nueva pluma en Europa, examinamos esa ubicación en el mapa térmico de Galileo y descubrimos que la pluma de Europa está sentada justo en la anomalía térmica”, dijo William Sparks, funcionario del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, y quien dirigió los estudios del penacho Hubble en 2014 y 2016.
Los investigadores dicen que si los penachos y el punto caliente están conectados, podría significar que el agua que sale de debajo de la corteza helada de la luna está calentando la superficie circundante. Otra idea es que el agua eyectada por el penacho cae sobre la superficie como una fina niebla, cambiando la estructura de los granos de la superficie y permitiéndoles retener el calor más largo que el paisaje circundante.
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