A 3 de febrero de 2025, a medida que avanzan las investigaciones sobre el origen del COVID-19, persisten las polémicas entre la teoría zoonótica, respaldada por evidencia, y la posibilidad de una fuga de laboratorio, mientras los expertos siguen buscando respuestas definitivas.
La evidencia más reciente respalda la idea de que el virus SARS-CoV-2 se originó en un animal, el cual pudo haber sido portador del virus antes de infectar a los humanos. En marzo de 2023, un estudio reveló nuevos hallazgos sobre el mercado de mariscos de Huanan, en Wuhan, China, que se considera el epicentro de la pandemia.
Las muestras tomadas de 18 especies animales en ese mercado, que incluían perros mapache salvajes, puercoespines malayos y ratas de bambú chinas, mostraron trazas genéticas del virus. Aunque no se puede concluir que estos animales fueran los responsables directos de la transmisión, los datos apuntan a que el mercado pudo haber sido un punto clave en el salto zoonótico.
Investigaciones científicas adicionales han señalado que, por la forma en que se recolectaron las muestras, es posible que un perro mapache infectado haya estado presente en el mercado cuando comenzó el brote de COVID-19 a finales de 2019. Aunque esta teoría aún carece de pruebas concluyentes, las pistas genéticas y las evidencias visuales de la venta de estos animales refuerzan la hipótesis de un origen zoonótico.
Los estudios de la OMS y el Grupo SAGO
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mantenido su postura de que la transmisión zoonótica es la explicación más probable. Desde el establecimiento del Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO, siglas en inglés) en 2021, la OMS ha seguido monitoreando los avances en la investigación del origen del virus.
En su último informe, destacó que el virus tiene una alta similitud genética con betacoronavirus encontrados en murciélagos en China, lo que refuerza la hipótesis de que un animal salvaje fue el reservorio inicial del patógeno.
No obstante, el SAGO también subrayó que aún hay muchas incógnitas sin resolver, como la identificación de los hospedadores naturales o intermedios del virus. Los expertos reconocen que esta tarea podría llevar años, ya que investigaciones anteriores sobre patógenos emergentes también han enfrentado desafíos para encontrar respuestas definitivas.
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La hipótesis de la fuga de laboratorio
La teoría zoonótica sigue siendo la más respaldada sobre el origen del SARS-CoV-2, pero algunos informes de Estados Unidos sugieren que el virus podría haber surgido en un laboratorio. En 2021, un informe clasificado del Departamento de Energía de ese país, apuntó a una posible fuga de laboratorio, aunque las pruebas disponibles no fueron concluyentes.
Agencias de inteligencia que tuvieron acceso a este informe indicaron que las evidencias eran “relativamente débiles” y que la probabilidad de un accidente de laboratorio era baja. La OMS, por su parte, considera esta hipótesis “extremadamente improbable”, pero se mantiene abierta a evaluar cualquier nueva evidencia científica que pueda surgir.
Investigaciones científicas realizadas en 2022 y 2023 han proporcionado más evidencia que señala al mercado de Huanan en Wuhan como el epicentro del brote de COVID-19. Los estudios sobre la diversidad genética del SARS-CoV-2 y los análisis de linajes tempranos sugieren que el virus ya circulaba entre animales desde noviembre de 2019, y que los primeros casos humanos se registraron poco después.
Sin embargo, los científicos continúan enfrentando grandes desafíos para identificar con certeza los animales que estuvieron involucrados en la transmisión inicial del virus. La diversidad de posibles hospedadores y la naturaleza del SARS-CoV-2 complican la tarea de rastrear su origen exacto.
A pesar de que no se ha llegado a una conclusión definitiva, la mayoría de la evidencia científica sigue apuntando a un origen zoonótico del COVID-19, con el mercado de Huanan como el probable punto de inicio. No obstante, las investigaciones continúan y la OMS, junto con otras entidades internacionales, mantiene abiertas todas las hipótesis, incluidas las que sugieren un posible origen en un laboratorio, a la espera de nueva información que pueda esclarecer este enigma global.
Imagen: Pexels / Foto de CDC