¿Qué es la autolesión digital adolescente y por qué va en aumento? Riesgos y relación con suicidio

Un estudio revela un aumento de la autolesión digital adolescente del 88 %, conducta en la que estudiantes de colegio publican anónimamente contenido desagradable sobre ellos mismos. Autoridades abordan riesgos relacionados con depresión y daño físico.

Para abordar este problema creciente, investigadores de la Florida Atlantic University y la Universidad de Wisconsin-Eau Claire analizaron tres encuestas nacionales independientes (2016, 2019 y 2021) de adolescentes en los Estados Unidos de 13 a 17 años, para evaluar la prevalencia del autocontrol digital.

La investigación abordó dos medidas de autolesión digital: si los adolescentes habían publicado de manera anónima algo malo sobre ellos mismos en línea durante su vida y si se habían acosado cibernéticamente durante su vida.
La autolesión digital es una tendencia emergente reciente en la que las personas publican o comparten, anónimamanete, contenido hiriente sobre sí mismos en línea. Este comportamiento puede confundirse con maltrato por parte de otros, pero el perpetrador y la víctima es la misma persona.

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Identificada por primera vez en 2010, la autolesión digital no ha recibido la misma atención académica que otras formas de abuso autodirigido y no ha sido abordada ampliamente por los adultos que trabajan con jóvenes.

Los resultados del estudio, publicado en el Journal of School Violence, revelan que una proporción significativa de jóvenes estadounidenses ha estado involucrado en autolesiones digitales.

Entre 2019 y 2021, aproximadamente entre el 9 y el 12 % de los jóvenes de 13 a 17 años en los EE. UU. se autolesionaron digitalmente, un aumento de más del 88 % desde 2016.

Esta trayectoria ascendente, particularmente entre grupos demográficos específicos, resalta la necesidad de acciones específicas como sistemas de apoyo.

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Esto, especialmente teniendo en cuenta que las investigaciones han demostrado una fuerte relación entre la autolesión digital y la autolesión tradicional, así como entre la autolesión digital y el suicidio.

El estudio actual incluyó tres variables demográficas: género, raza y orientación sexual. También examinó si las personas que experimentaron acoso cibernético tenían más probabilidades de autolesionarse digitalmente.
El ciberacoso se define como la conducta de acosar, maltratar o burlase repetidamente de otra persona (con el propósito de lastimarla), usando dispositivos electrónicos.

En 2016, el 6,3% de los estudiantes publicaron de forma anónima contenido desagradable sobre ellos mismos en línea, mientras que el 4,1% se acosaron cibernéticamente.

Los estudiantes varones eran más propensos que las mujeres a acosarse cibernéticamente a sí mismos. Los estudiantes no heterosexuales tenían significativamente más probabilidades que los estudiantes heterosexuales de participar en ambas formas de autolesión digital.

En 2019, las tasas aumentaron: el 9% publicó de forma anónima contenido desagradable y el 5,3% se autoacosó. Los jóvenes no heterosexuales continuaron arrojando tasas más altas de autolesión digital.

En 2021, las tasas aumentaron aún más: el 11,9% publicó de forma anónima contenido desagradable y el 9,3% se autoacosó. Las mujeres y los jóvenes no heterosexuales tenían significativamente más probabilidades de autolesionarse digitalmente.

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Los estudiantes que sufrieron acoso cibernético tenían entre cinco y siete veces más probabilidades de autolesionarse digitalmente en comparación con los estudiantes que no habían sido acosados cibernéticamente.

Si bien no hubo diferencias raciales consistentes en todos los años, los estudiantes de orígenes raciales distintos de los blancos tenían más probabilidades de publicar cosas malas sobre sí mismos en línea.

Los estudiantes hispanos tenían más probabilidades que los estudiantes blancos de acosarse. Las mujeres y los jóvenes no heterosexuales tienen consistentemente más probabilidades de autolesionarse digitalmente en comparación con los hombres y los jóvenes heterosexuales.

En particular, los jóvenes no heterosexuales muestran una probabilidad significativamente mayor de participar en ambas formas de autolesión digital en todos los años.

“La autolesión digital se ha relacionado con problemas importantes como el acoso, la depresión, los trastornos alimentarios, el daño físico, los trastornos del sueño e incluso las tendencias suicidas”, explica Sameer Hinduja, Ph.D., coautor y profesor de la Escuela de Criminología y Justicia Penal dentro de la Facultad de Trabajo Social y Justicia Penal de la FAU.

La codirectora del Centro de Investigación sobre el Ciberbullying y profesora asociada del Centro Berkman Klein de la Universidad de Harvard, también afirmó que “con la creciente atención global de los profesionales que atienden a los jóvenes sobre este fenómeno, está claro que la autolesión digital es un problema de salud pública importante que justifica más investigaciones para identificar soluciones que puedan servir como factores protectores para prevenir su incidencia y su impacto”.

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Anteriormente se han identificado varias motivaciones que contribuyen a la autolesión digital, como el odio hacia uno mismo, ser gracioso, buscar atención, el deseo de verse bien, mostrar resiliencia y dureza, o un grito de ayuda.

“También es crucial comprender por qué los jóvenes se autolesionan digitalmente y ayudarlos a desarrollar mecanismos de afrontamiento más saludables. Además, es esencial que los padres, educadores y profesionales de la salud mental que trabajan con jóvenes brinden apoyo a todos los objetivos del abuso en línea en entornos informales y conversacionales, así como formales y clínicos”, asevera Hinduja.

El coautor del estudio es Justin Patchin, Ph.D., profesor de justicia penal de la Universidad de Wisconsin-Eau Claire y codirector del Cyberbullying Research Center.

Imagen:SB Arts Media

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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