El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, le prometió a su país el año pasado que muy pronto volvería a enviar astronautas a la luna. Pero, parece que esto no pasará por ahora. Ars Technica tuvo acceso a una copia del documento del presupuesto fiscal de 2019 de la Casa Blanca, que se publicó esta semana. En ese archivo, el medio notó que el gobierno asignará una pequeña cantidad de dinero para que la Nasa vuelva a hacer misiones a la luna.
En el documento, se puede ver que hay un pequeño aumento en el presupuesto, en comparación con el asignado para el 2018. Pero no es una cantidad que alcance para que la Nasa pueda dar algún ‘otro gran paso para la humanidad’. Recordemos que el gobierno de Trump dijo que su administración consideraba más importante volver a la luna que ir a Marte. Y ahora parece que ni siquiera la luna es una prioridad.
De acuerdo con el medio, la Nasa trabajará en sondas no tripuladas que llegarán la superficie lunar de aquí a 2023. Y solo después de eso, la Nasa podrá comenzar a trabajar en una sonda que lleve a humanos a la luna. Pero el documento no tiene una fecha proyectada para cuando esto pueda suceder (obviamente será después de 2024).
Este documento básicamente hace que la Nasa mantenga su ‘lenta’ posición en lo que respecta a exploración de humanos en el espacio. Además, el Gobierno no tiene planes de cambiar su estricto presupuesto. Esto a pesar de la retórica en la que promete lo contrario.
La Nasa tiene proyectos para enviar humanos al espacio profundo, pero no hay dinero para llevarlos a cabo. Entre ellos, está el programa Orion y el SLS. Este último es el súper cohete que hará que el Falcon Heavy de SpaceX se quede “en pañales”. Estos planes seguirán recibiendo dinero, pero no lo suficiente para sacarlos adelante en los próximos años.
¿Qué pasará con la ISS?
El documento también le pone fin a los fondos para la Estación Espacial Internacional (ISS) para 2025. De acuerdo con Engadget, el presupuesto permite 150 millones de dólares en fondos. Esto con el fin de que compañías privadas (como SpaceX) puedan tomar el control de la estación. O para que puedan crear sus propios hábitats en la órbita baja de la Tierra. El problema con esto es que hay muy poco tiempo para que las compañías privadas se preparen para hacer esto. Además, no es claro en este punto qué sería suficiente. O si las compañías tienen interés en la estación para aceptar.
Imagen: Nasa.