Existe una infinidad de rocas espaciales navegando por el universo entero, algunas de ellas se acercan bastante a nuestro planeta. Con el fin de mantener la tierra a salvo, constantemente los científicos monitorean el movimiento de estas rocas, mejor conocidas como asteroides. Dependiendo de su tamaño, velocidad y proximidad, suponen mayor o menor riesgo.
En esta ocasión, la NASA ha anunciado que el próximo martes 18 de enero, el asteroide 1994 PC1 clasificado como “potencialmente peligroso” pasará muy cerca de la tierra. Sin embargo, es algo de lo que no debemos preocuparnos, pues pasará a 1,9 millones de kilómetros de la tierra, es decir, cinco veces más lejano que la distancia que tenemos con la luna.
Entonces, ¿por qué es considerado “potencialmente peligroso”? “El asteroide es de tipo Apolo y pertenece a la categoría de potencialmente peligrosos por dos razones: Primero, porque mide más de 150 metros, en torno a un kilómetro. Segundo, porque su órbita lo acerca en ocasiones a una distancia mínima con nuestro planeta inferior a 0,05 Unidades Astronómicas”, explicó Josep Maria Trigo, profesor de investigación y jefe del Grupo de meteoritos, cuerpos menores y ciencias planetarias del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE, CSIC-IEEC) a el portal La Vanguardia.
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Su descubrimiento no es reciente, pues el 9 de agosto de 1994, el atrónomo Robert H. McNaught desde el Observatorio Australiano, descubrió este asteroide. Esta, es la segunda roca espacial más grande, de las que se aproximarán este año al planeta tierra. El primer puesto lo ocupa el asteroide 1989 JA, que se acercará el próximo 27 de mayo, con un diámetro de 1,8 kilómetros.
¿Se podrá observar el 1994 PC1?
La distancia mínima que se espera alcance el asteroide en su órbita respecto a la de nuestro planeta es de 0,00055 unidades astronómicas. Es decir, esquivale a unos 83.000 kilómetros según la base de datos NEODyS2. Entonces, el 1994 PC1 podrá verse desde telescopios medianos, de entre 15 y 20 centímetros de diámetro durante las noches de al menos dos semanas. “Aunque no será fácil, su seguimiento ha de hacerse con una carta celeste detallando su movimiento entre las estrellas” argumentó Josep María Trigo.
Aunque por su diámetro es capaz de producir una catástrofe enorme, se espera que el asteroide no choque contra la tierra al menos durante los próximos dos siglos. Este se acercará nuevamente el 18 de enero de 2105, por lo que habrá que monitorearlo para entonces, pues no se descarta un posible choque en esa ocasión.
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