Colombia es un país altamente rural. Muchas personas que vivían en esos territorios tuvieron que abandonar sus hogares por la violencia, pero ahora quieren volver. Por eso, una vivienda que se adapte a las difíciles condiciones del campo colombiano y que se pueda armar con facilidad constituye una gran ventaja para ese retorno de las personas a sus tierras.
Investigadores y estudiantes de la Universidad de La Salle diseñaron, como proyecto de grado, un sistema de vivienda rural armable por medio de piezas que permite combinar módulos para construir distintos tipos de vivienda. Los módulos pueden moverse y quitarse de acuerdo a las necesidades del usuario de la vivienda. La figura exterior es un triángulo que es una de las configuraciones estructurales más resistentes que existen.
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Gracias a las distintas disposiciones en las que se pueden ubicar las piezas, se puede construir “un lugar más alto, más ancho, más angosto, más liviano, en general, múltiples opciones para lograr techo y abrigo de forma flexible según el terreno y las necesidades de los habitantes”, explicó Carlos Nader, director del proyecto de grado y docente investigador de la Universidad de La Salle.
El nombre académico del proyecto es Sistema habitacional emergente adaptable a zonas no interconectadas. Es un sistema que “no se limita a una opción de vivienda, realmente puede adaptarse a diversas necesidades, de forma que también puede ser un modelo de cabañas para promover el turismo de naturaleza, una solución de aulas de clase en lugares alejados, una gran ciudadela ecológica donde cientos de familias, uniendo fichas, quedarían intercomunicadas dentro de sus viviendas. Las opciones pueden ser muchas”, añade Nader.
Ya alguien habita en estas ‘casas de Lego’
El primer beneficiado en disfrutar, probar y habitar este sistema es Yimer Castellanos, un joven campesino a quien el conflicto armado le quitó su hogar. Años después ,con mucho trabajo y esfuerzo, logró adquirir un lote en San José del Guaviare, pero para llegar se necesita tractor, jeep, moto y canoa. Así que la remota ubicación le hacía pensar que sería imposible tener casa propia.Retados por las condiciones geográficas de las montañas y la humedad del clima, el grupo de arquitectos e investigadores tuvo que probar varios modelos y materiales hasta llegar a una adecuada combinación. Contra todo pronóstico, desde el primero de junio de 2018 este joven tiene casa propia gracias a este sistema de casa construida por módulos adaptables.La Colombia rural representa el 94% del territorio. El país cuenta con 11.3 millones de hectáreas con potencial agrícola, de las cuales solo es aprovechado el 35%, según cifras de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra). En este contexto, la restitución de tierras es uno de los ejes principales del acuerdo de paz y uno de los mayores retos para el posconflicto.
¿De qué son las piezas?
Aplicar a la arquitectura la lógica de la construcción por piezas, que tanto fascina a los humanos desde niños, fue la base de este proyecto. Las piezas fueron hechas principalmente con elementos prefabricados en madera, cerramientos en zinc y angeo. Esta idea de crear casas por piezas también es una ventaja para el transporte, en zonas con accesos difíciles debido a la ausencia de vías y a las condiciones del terreno.La búsqueda de una solución siempre estuvo enfocada en la modularidad por la facilidad de este sistema. “Fue un arduo y apasionante proyecto de 11 meses, en los que participamos cuatro profesionales que hacemos parte del Laboratorio Lasallista para la construcción del Hábitat Colombiano (LAB-LAHC), que es un espacio de creación donde diversos profesionales, junto con estudiantes de modalidad de grado, del semillero y practicantes trabajamos para aportar a la solución de necesidades globales”, asegura Carlos Nader.Los objetivos del
LAB-LAHC son a largo plazo. La meta es crear alternativas adaptables para solucionar cientos de problemáticas en el país, desde promover el aprovechamiento consciente de los recursos naturales y energéticos mediante dispositivos para el turismo ambiental, hasta llevar viviendas a lugares apartados y de escasos recursos.
Imágenes: Universidad de La Salle y Meskolo (vía: iStock).