ClassDojo es una herramienta educativa que permite a los profesores estar en contacto con sus estudiantes para reforzar el buen comportamiento y diferentes aptitudes. Ha tenido una buena acogida en sus dos años de vida, lo que lo ha convertido en el ‘startup’ educativo más exitoso hasta la fecha; hace poco se estableció en Colombia y en español.
La idea detrás de ClassDojo, según lo que nos explica uno de sus fundadores, Sam Chaudhary, nace en California y parte de solucionar una necesidad en la educación de hoy. El servicio es gratuito y funciona a través de una aplicación móvil y web que ayuda a los profesores, estudiantes y padres a reforzar los buenos comportamientos de los niños.
“El método de enseñanza tradicional se llama ‘Manejo del Comportamiento’, y consiste en esperar a que el niño cometa un error o se equivoque para corregirlo o sobornarlo con premios para que se porte bien. Nosotros quisimos cambiar eso. Queríamos dar retroalimentación positiva a los niños por las cosas que están haciendo. Entonces, solo con un clic, el profesor puede premiar a un estudiante a través de ClassDojo”. Cualquier profesor se puede inscribir y elegir qué capacidades de los estudiantes quieren desarrollar: la creatividad, la persistencia, el trabajo en equipo, por ejemplo.
“Nosotros no fomentamos la retroalimentación negativa, pero es una opción que se puede utilizar”, explica Chaudhary, que asegura que ClassDojo se esfuerza en darle mayor importancia a los refuerzos positivos. Sin embargo, hay instituciones o profesores que exigen aplicar los castigos negativos en los métodos educativos y por eso no pueden eliminar del todo esa opción en el servicio.
Todos los premios que reciban los estudiantes quedan almacenados en la aplicación y esa información puede ser compartida luego con los padres u otros profesores de una institución.
La publicidad y popularidad de ClassDojo se debe por encima de todo a voz a voz. Muchos profesores recomiendan el sistema a sus colegas y así es como han crecido a 17 millones de profesores, estudiantes y padres en los países donde se utilizan. La llegada a Colombia es una historia interesante, pues lo mismos profesores estaban pidiendo que el servicio saliera en español y ellos mismos se encargaron de la traducción. “Había tanta pasión e interés en usarlo que ellos mismos lo tradujeron, y ellos mismos lo dirigen”, explica el cofundador.
El mayor reto para introducir ClassDojo en otro país, además del idioma, es empezar a entender la manera en la que funciona la cultura educativa en el país. Chaudhary nos explicaba, para sorpresa, que para usar el servicio no se necesita que todos los usuarios tengan smartphone, tableta o laptop. “Classdojo solo necesita que un profesor instale la aplicación en su laptop y ya”. La experiencia si se enriquece si todos los estudiantes tienen un dispositivo móvil, pues recibirían notificaciones instantáneas, pero el método solo necesita de un dispositivo y ya.
Aunque por su interfaz el producto parece pensado sobre todo para niños “hemos visto casos de profesores de secundaria [como bachillerato] y universidad que lo están utilizando”. Inlcuso Sam nos contó que el servicio ha sido utilizado en servicios por fuera de la educación.
La empresa quiere trabajar en la manera en la que los estudiantes pueden interactuar entre ellos en la plataforma. El problema de esto, es que se presta para rechazos o malos comportamientos dentro del grupo de estudiantes. ClassDojo quiere por encima de todo lograr una manera en la que los niños puedan desarrollar más carácter en los inicios de su educación.
