El pasado 11 de enero, la Administración Federal de Aviación tuvo que tomar la decisión de detener todos los vuelos nacionales. En ese momento, se reveló que debido a una falla en el NOTAM, el sistema del gobierno que ofrece información de seguridad y de otro tipo a los pilotos, se debían detener las operaciones aéreas.
Por supuesto, las primeras suposiciones que se hicieron sobre el tema es que el sistema había sido hackeado. Sin embargo, desde la Casa Blanca se emitió un comunicado que sostenía que esa posibilidad había sido descarta, pues no se evidenciaba ningún ciberataque. Ahora, 9 días después, la FAA reveló que los contratistas que trabajaban en el NOTAM (Notice to Air Missions) borraron algunos archivos por accidente.
En concreto, el informe por parte de la Agencia FAA sostiene que el sistema presentó fallas luego de que “el personal que no siguió los procedimientos” terminó dañando algunos archivos. Así mismo, compartieron otros detalles que hacen parte de los hallazgos que se han encontrado en la investigación que aún continúa en curso.
Aparentemente, sus contratistas estaban sincronizando una base de datos principal y una de respaldo cuando “eliminaron archivos sin querer”. Estos archivos, resultadon ser necesarios para mantener el sistema de alerta en funcionamiento. La FAA también reiteró lo que ya habían afirmado en el pasado:”hasta ahora no ha encontrado evidencia de un ataque cibernético o intención maliciosa”.
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Tal y como señalaron nuestros colegas de The Washington Post, aún no está muy claro cómo la eliminación de algunos archivos terminó provocando la caída de todo el sistema. Las noticias anteriores al incidente del 11 de enero de 2023, sostenían que la FAA ya había tomado algunas medidas para que el sistema fuera más resistente. Por supuesto, esta nueva falla que terminó afectando, no solo los vuelos nacionales, sino que también impactó en los vuelos militares, pone en duda la confiabilidad del sistema de la FAA.
Y es que el propio Departamento de Transporte había definido el sistema NOTAM como un “hardware antiguo fallido”. Las declaraciones por parte del Departamento se afirmaron en un documento presupuestario donde solicitaban $30 millones de dólares para poder financiar las actualizaciones correspondientes.
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