Mientras una visa común cuesta casi lo mismo que un tiquete de avión, Estados Unidos lanza una opción que apenas vale 15 dólares. Dirigida exclusivamente a menores mexicanos, esta visa de bajo costo abre una puerta legal para viajar, permanecer hasta diez años y fortalecer los lazos familiares, en un momento donde las políticas migratorias parecen endurecerse en todo el continente.
La Embajada de Estados Unidos en México anunció este beneficio exclusivo para menores de edad mexicanos. Se trata de una modalidad de visa de visitante que, por un costo simbólico, permite acceder a territorio estadounidense de manera legal y ordenada durante una década.
Este visado especial tiene condiciones muy específicas. Aplica solo para menores de 15 años cuyos padres tengan una visa vigente o estén en proceso de obtener una. El beneficio también contempla a tutores legales mexicanos que cuenten con una visa de visitante válida por diez años.
El trámite, aunque económico, no es automático. Requiere cumplir requisitos documentales similares a los de una visa tradicional: acta de nacimiento del menor, pasaporte vigente, comprobante de pago de la tarifa MRV (Machine Readable Visa), formulario DS-160 y pruebas del estatus migratorio del padre, madre o tutor.
El pago de 15 dólares —unos 60 mil pesos colombianos al cambio actual— es una tarifa simbólica frente a los precios tradicionales. Para ponerlo en contexto, tramitar una visa B1/B2 para turistas cuesta habitualmente 185 dólares, una diferencia abismal que refleja el objetivo de esta alternativa: facilitar el acceso de menores acompañados de familiares regulares.
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La vigencia de esta visa es de diez años o hasta que el solicitante cumpla 15 años, lo que ocurra primero. Al alcanzar la mayoría de edad migratoria, el beneficiario deberá solicitar un nuevo visado, bajo las tarifas y procedimientos normales.
Aunque está limitada a ciudadanos mexicanos, esta política deja un mensaje más amplio para la región: los programas de movilidad controlada y accesible pueden coexistir con estrategias de seguridad fronteriza más estrictas.
En Colombia, por ejemplo, no existe todavía una política equivalente; los costos para los trámites de visa estadounidense siguen siendo los mismos: 185 dólares para turismo o negocios, y montos aún mayores para otras categorías como visas de estudio, empleo o inversión.
Este tipo de iniciativa ofrece varias reflexiones. Primero, demuestra que Estados Unidos busca reforzar vínculos familiares legales y fomentar flujos migratorios más seguros desde México, su vecino inmediato. Segundo, apunta a que programas similares podrían, en el futuro, replicarse en otros países, bajo acuerdos bilaterales.
El trámite no asegura automáticamente la entrada a Estados Unidos. Como cualquier otro solicitante, el menor deberá pasar por la evaluación migratoria correspondiente al momento de su llegada a puertos terrestres o aéreos. La visa es solo un permiso para solicitar el ingreso, no una garantía definitiva.
Otro detalle importante es que, si se opta por la tarifa de 15 dólares, no se podrá posteriormente pedir la devolución o cambiar al esquema de tarifa completa. La decisión debe tomarse desde el inicio, y el pago es no reembolsable, como todas las tarifas de solicitud de visa.
Para las familias mexicanas, esta opción representa un alivio económico notable y una oportunidad de planificar visitas familiares, tratamientos médicos o actividades turísticas de forma segura y legal.
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Por ahora, no hay anuncios de que este programa se extienda a otros países latinoamericanos como Colombia. No obstante, su existencia marca un precedente interesante en materia de migración infantil y acceso simplificado a Estados Unidos.
La visa de 15 dólares es un ejemplo de cómo las políticas migratorias también pueden adaptarse a las realidades sociales, ofreciendo caminos legales y accesibles para quienes más lo necesitan: los niños.
¿Podría Colombia negociar un programa similar para sus ciudadanos en el futuro? Todo dependerá del diálogo bilateral y de las prioridades de política migratoria en los próximos años.
Imagen: Archivo ENTER.CO