Un documento de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI, por sus siglas en inglés), publicado accidentalmente y revelado por TorrentFreak, muestra que la estrategia de la industria musical para luchar contra la piratería es una combinación de medidas restrictivas para controlar la actividad de los usuarios de Internet, movimientos legales y acuerdos con otros actores.
En el mundo ideal de las fonográficas, las ISP no les prestan el servicio de acceso a Internet a usuarios que no están plenamente identificados. Esto haría posible que las medidas legales contra los usuarios que suben o descargan contenidos protegidos por derechos de autor fueran más efectivas, pues los infractores estarían plenamente identificados ante los tribunales.
Además, la industria también quiere que los proveedores “implementen un sistema de respuesta gradual para los usuarios de P2P infractores, que incluyan desde advertencias hasta sanciones disuasivas efectivas,” y también que bloqueen el acceso a cyberlockers y otros sitios y servicios que den acceso a material pirata, incluso cuando estos estén alojados por fuera de la jurisdicción en la que opere la ISP.
Sobre los cyberlockers, la IFPI quiere que no solo cumplan con su obligación legal de retirar los contenidos que los dueños de los derechos les pidan retirar, sino también que implementen “filtros proactivos para contenidos infractores“. De no ceñirse a estos lineamientos, de acuerdo con el informe estos sitios deberían ser cerrados.
Según el documento, otra “amenaza” son los sitios que se lucran con los archivos piratas, bien sea por publicidad o cobrándoles a los usuarios. En el primer caso, la estrategia de la IFPI es adelantar estrategias con los proveedores de avisos y las redes de anunciantes para que bloqueen las páginas infractoras, y en el segundo lo que desearían hacer las disqueras es “estrangular las finanzas de los sitios con ayuda de los procesadores de pagos“, para lo cual –dice el informe– ya se trabaja en acuerdos con firmas como Visa o MasterCard.
A la IFPI también le preocupan las aplicaciones móviles que –según afirma– podrían servir como plataformas de piratería. Para atacarlas, buscaría lograr acuerdos rápidos con los dueños de los ecosistemas (Apple, Google, Nokia, Microsoft, etc.) que les permitan dar de baja las apps que, a su juicio, se presten para violaciones del copyright.
Este documento no es más que una hoja de ruta para el lobby y los esfuerzos regulatorios que impulsa y apoya la industria musical. Sin embargo, es revelador porque, al ser privado, no está obligado a ser ‘políticamente correcto’ y muestra lo lejos que están dispuestas a llegar las disqueras –y, presumiblemente, otros gremios de productores y dueños de contenidos protegidos– para satisfacer sus intereses, incluso en ocasiones por encima de algunos derechos de los internautas (como en el caso del empadronamiento de los usuarios de las ISP).
Que estas medidas se vuelvan realidad depende de los gobiernos y los sistemas legislativos. Y aunque algunos de ellos han mostrado capacidad de resistir el lobby de la industria o al menos de escuchar a las demás partes antes de tomar cualquier decisión, la agresividad de estas medidas es una nueva alerta para evitar que el pretexto de atacar la piratería sirva para lesionar a los ciudadanos.
La imagen no podría describir de mejor manera lo que sucede… esperar como sale el proyecto de Kim dotcom, que de resultar, les acabará el negoocio a estas sanguijuelas
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