Cuando hablamos de Silicon Valley, pensamos en ingenieros, desarrolladores y tal vez otras labores relacionadas con marketing o negocios, a lo mucho. Sin embargo, con el desarrollo de la inteligencia artificial, está creciendo un mercado para profesionales de áreas no tradicionales en la zona: escritores, poetas, comediantes, entre otros oficios relacionados con las letras.
De acuerdo con el Washington Post, gracias al desarrollo de esas tecnologías se están necesitando profesionales que les den toque humano a los diferentes asistentes voz o de chat. Pensemos un momento en qué hace especial a Cortana, por encima de Google Now y Siri: su capacidad de modular la voz de manera más humana que los productos de Google y Apple. Si tienes Cortana en tu equipo, puedes pedirle cante y de seguro te sacará una sonrisa. Pero, por favor, no le pidas que cante a Siri, porque tal vez te lleves una decepción.
Ese toque humano en los sistemas de inteligencia artificial es necesario, pues en el futuro reemplazarán ciertas funciones de los ‘call centers’, y la verdad no queremos que la experiencia sea aún más frustrante de lo que es hoy comunicarse con el número de soporte de tu compañía de cable, teléfono, móvil o muchos otros servicios a los que estás suscrito.
En la nota del Washington Post se habla del caso de Robyn Ewing, quien era escritora para Hollywood y además escribía guiones de televisión. Actualmente, Ewing se dedica a construir la personalidad de un asistente virtual, que usa la inteligencia artificial para comunicarse con pacientes enfermos. Este asistente, llamado Sophie, es una enfermera virtual que le recuerda a los usuarios tomarse sus medicamentos, les pregunta cómo se sienten o si han sentido dolor y envía esos datos a un doctor.
La mayoría de asistentes virtuales en este momento hacen un trabajo mecánico, como leer correos electrónicos, enviar recordatorios y hacer llamadas. Sin embargo, este terreno apenas está en desarrollo, y con empresas como Microsoft y Google, que le están apostando fuertemente a la inteligencia artificial desde distintos frentes, probablemente se necesite mucho trabajo para ‘humanizar’ estas máquinas, pues el reto está en que las conversaciones se sientan naturales.
Imagen: Peter Bernik (vía Shutterstock).