Tu teléfono está a punto de quedarse sin batería, dejaste el cable en la casa y pides a gritos una mano salvadora para no quedar incomunicado. Sin embargo, la persona a la que le pides el favor tiene un celular de otra marca, quizás un modelo de años pasados, y la conexión de ese dispositivo no es compatible con la del tuyo.
La situación es más común de lo que parece y se presenta hoy con mayor frecuencia. Hay teléfonos con distintos tipos de conector, algunos celulares ya no tienen puerto para audífonos y se debe emplear un adaptador, a la vez que ciertos computadores ya no poseen los puertos tradicionales USB.
Por ejemplo, habrás notado que ciertos discos duros poseen un conector aplanado y alargado, cuando en las impresoras es cuadrado. Y mientras la punta del cable que se conecta a los dispositivos tiene estas formas mencionadas, la otra es distinta para que se acomode a los puertos USB del computador o de la toma para conectar a la corriente.
Esta variedad obedece a la evolución natural que han presentado las conexiones que tenemos en aparatos y dispositivos de uso diario como teléfonos, ratones, teclados, portátiles, juguetes, discos duros, cámaras digitales, parlantes y audífonos.
Si bien en todos es común la palabra USB –y de hecho este tipo de enlace es el que emplean para comunicarse–, han surgido diversos conectores que no permiten hablar en la actualidad de un único modelo que les sirva a todos.
Los fabricantes de aparatos tecnológicos han intentado por años establecer dichos estándares. Que los dispositivos ‘hablen’ el mismo lenguaje, se comuniquen a través de los mismos canales y empleen las mismas conexiones para establecer contacto entre ellos es el anhelo de las compañías del sector y de los mismos usuarios.
Con USB Tipo C, tal como lo mencionan algunos expertos, es posible que en un tiempo no tan distante tengamos una única conexión común para todos. Según Luciana Pucci, gerente de mercado para Latinoamérica de Targus, los dispositivos anteriores mantendrán su vigencia en el mediano plazo, pero la universalidad de usos indica que será un proceso de pocos años. “Tres años es un plazo esperable”, menciona Pucci.
Silvio García, gerente de Acer Colombia, resalta que la migración a USB Tipo C es parte de un proceso lógico de la industria, en el que los fabricantes buscan tecnologías nuevas capaces de superar a las anteriores y mejorar la experiencia de usuario.
La diferencia entre formas de conexión y conectores
Para entender por qué USB Tipo C se perfila como el estándar de conexión entre dispositivos hay que explicar los dos elementos fundamentales que influyen en este aspecto: el estándar de comunicación (USB) y los conectores (Tipo A, Tipo B, Tipo C).
El estándar de comunicación es USB, a secas, que viene del término en inglés Universal Serial Bus. Esto no es más que el estándar definido por diversas compañías de la industria para que los aparatos se comuniquen y hablen el mismo idioma.
La primera versión de dicho estándar data de finales de los noventa y en él se definieron cables, conectores y protocolos que debían emplear los equipos para conectarse, compartir información y obtener la energía necesaria para operar. La conexión USB se ha mantenido hasta hoy como la norma y, de hecho, desplazó a otros formatos como el puerto serial, el puerto paralelo o el PS/2, que antes empleaban aparatos como ratones, teclados e impresoras.
Y no solo está vigente hoy, sino que ha evolucionado para ofrecer más velocidad en la conexión entre dispositivos y mayor transmisión de energía.
Conectores
Aunque el estándar de conexión USB es el mismo desde que se comenzó a usar de forma masiva en 1998 (por supuesto, con las mejoras mencionadas), no ha sucedido lo mismo con los conectores. Estos últimos son básicamente la terminación que vemos en el cable y que conectamos a los aparatos, así como los puertos que tienen los equipos y a los que enlazamos la otra punta del cable.
Hasta hace un par de años, en la gran mayoría de celulares el conector era el mismo (micro Tipo B o también llamado microUSB), a excepción de los equipos de Apple que tienen uno propio llamado Lightning; ahora tenemos muchos con Tipo C.
En los computadores la norma ha sido los Tipo A (que llamamos tradicionalmente puertos USB); en las impresoras, el Tipo B; en las cámaras digitales, el mini Tipo A, y en ciertos discos duros, el micro Tipo B (que es una variante del que tienen los celulares con el fin de soportar los avances más recientes en velocidad del estándar USB).
USB Tipo C, el ideal
Cuando hablamos de USB Tipo C nos referimos a un conector Tipo C que utiliza la tecnología USB para transferir información y transmitir energía. ¿Por qué se habla de él como el ideal y el que se impondrá en los aparatos tecnológicos? Las ventajas se pueden resumir en los tres aspectos que vienen a continuación.
Velocidad de transferencia
La evolución del estándar USB ha permitido que a través de él se pueda compartir información entre dispositivos a alta velocidad. Con la tecnología USB 3.1 (Gen 1 y Gen 2) es posible tener una velocidad de transferencia de datos teórica de hasta 4,8 Gbps y hasta 10 Gbps, respectivamente. Aquí el conector Tipo C juega un papel fundamental, pues su diseño permite lograr estas velocidades e incluso habilitar las que ofrecerá USB 3.2, que se espera sean de hasta 20 Gpbs.
Algo que vale la pena destacar en cuanto a transferencia de información es que con USB Tipo C es posible emitir diferentes señales, lo que significa que se pueden transferir datos, audio y video. Por ejemplo, en algunos celulares ya no está presente el puerto de audio de 3,5 mm, que ha sido remplazado por audífonos que funcionan a través de USB Tipo C.
En video, soporta señales de alta definición. Algunos computadores que solo tienen puertos USB Tipo C utilizan adaptadores que en una punta son USB Tipo C y en la otra salen puertos para enlazar cables HDMI o cables VGA, para enviar la señal a monitores y televisores.
Potencia
Así como ha mejorado la velocidad de transmisión de datos con la evolución de USB, también se ha hecho necesario que aumente la transmisión de corriente eléctrica. Con USB 2.0, los dispositivos tenían un límite de transferencia de 2,5W, es decir que proveen 0,5 A (amperios) a 5 V (voltios); esto se incrementó a 4,5W con USB 3.1. Ahora, con USB 3.1 y el conector Tipo C es posible llegar hasta 15W, lo que ha permitido implementar, por ejemplo, sistemas de carga rápida en celulares. Lo interesante aquí es las mejoras que vienen con algo llamado USB Power Delivery. Se trata de una tecnología que establece el límite de transferencia en 100W. Esto es suficiente no solo para proveer energía a teléfonos (que emplearán conexiones entre 10 y 18W bajo los sistemas de carga rápida), sino a otros aparatos pequeños como discos duros y tabletas (anteriormente, algunos discos duros requerían conexión a corriente y a datos de manera independiente). Lo mejor de este avance es que incluso permite cargar equipos electrónicos más grandes como portátiles (que por lo general exigen 65W o más), impresoras y monitores.
Algo más interesante aún es que esta tecnología sirve para cargar dispositivos en ambas direcciones. Es decir, es posible cargar un portátil a través de su puerto USB Tipo C; allí mismo se conecta un celular para que tome energía del portátil y se cargue. Por supuesto, todo esto requiere el conector Tipo C, debido a la estructura interna que posee y a que habilita una mayor transmisión de energía. En la actualidad, el 85 por ciento de los nuevos portátiles lo incluye.
Por si no es evidente, la gran ventaja que veremos cuando todos los equipos manejen USB Tipo C es que se podrán transmitir datos y energía a través del mismo puerto. Ya no será necesario, por ejemplo en un portátil, tener un puerto para cargarlo y otro para conectar dispositivos y compartir información. Desde el mismo puerto USB Tipo C cargaremos el computador conectado a una toma de energía, también enlazaremos un celular para bajar su información o una impresora para hacer trabajos de impresión. Incluso será posible que un teléfono y un disco duro interactúen, pues el celular proveerá al disco duro la energía necesaria para operar.
Modelo reversible, universal y compacto
Anteriormente, muchas personas corrían el riesgo de dañar sus cables o incluso los dispositivos al intentar insertar el conector en el sentido incorrecto. Un punto a favor del conector Tipo C (que no tenía ninguno de sus predecesores) es que es reversible. Esto indica que no importa el sentido en el que se conecte, siempre va a encajar.
Además, la idea es que sea un cable igual en las dos puntas. Hasta ahora, lo común (por ejemplo, en celulares) era tener un cable con una punta con conector micro Tipo B (microUSB) y en la otra un conector Tipo A. Con USB Tipo C (y ya lo estamos viendo en los computadores), el cable será Tipo C en las dos puntas.
Así mismo, el conector Tipo C es más pequeño y compacto. De esta manera, encaja bien en aparatos pequeños como un celular y es preferido por fabricantes de portátiles, ya que les permite hacer equipos más delgados y estilizados. El objetivo con el Tipo C es tener un conector único para todos los dispositivos sin importar su diseño o tamaño.
Para tener en cuenta
Algunos sitios especializados han lanzado voces de alerta sobre cables USB Tipo C que trabajan con el estándar USB 2.0. Esto puede llegar a ser perjudicial pues si se emplean con cargadores y teléfonos que sí manejan el estándar USB 3.1, es posible que los aparatos se dañen.
Hay en el mercado algunos equipos que tienen conector Tipo C, pero no soportan el estándar 3.1 (cuentan con uno inferior como USB 2.0). Aunque los cables sirven, en dichos dispositivos no se obtienen las ventajas plenas de combinar el conector con USB 3.1.
El estándar USB 3.1 es compatible con todos los anteriores. En ciertos casos, solo se necesitará un adaptador para que los conectores se entiendan.
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