Admito que soy un internauta ‘de fiebres’: hace 11 años empecé con la de los chats; en el 2001 entré en la de los foros -llegué a moderar un foro hispanoamericano y a ser un ‘infiltrado’ en el foro del Santa Fe-; a mediados del 2004, mientras preparaba un artículo para Enter 2.0, me volví adicto al juego en línea Hattrick; en el 2006 me asignaron el manejo del blog de Millonarios en Eltiempo.com y mi fiebre fue tal que le dedicaba casi cinco horas diarias; y en julio del 2007 caí en la onda de Facebook.
Desde hace dos meses, mi nueva fiebre es Twitter, la plataforma de ‘microblogging’ con componentes de red social y medio de comunicación, que cuenta con más de 15 millones de usuarios en el mundo.
Inicialmente no me gustó: no entendía la gracia de andar contando qué se está haciendo y me incomodaba el odioso límite de 140 caracteres. Además, probé servicios rivales, como Tumblr, Jaiku y FriendFeed, y me parecieron mejores: permiten más que 140 caracteres, y es posible compartir con un clic videos, fotos y sitios web. Pero estos otros medios no tienen tantos usuarios -y menos en Colombia-, y en Internet, y en tecnología, no siempre gana el mejor, sino el que convoca una masa crítica de usuarios.
Hace poco tuve que escribir de nuevo sobre ese tema y eso me llevó a conocer en profundidad el potencial de Twitter como medio de comunicación, herramienta de mercadeo y red social. Pero seguía sin engancharme hasta que descubrí lo que cualquier ‘twittero’ avanzado conoce: las aplicaciones ‘clientes’ de Twitter, que se instalan en el PC y permiten no sólo publicar los tweets -trinos- y leer los de los demás, sino que sirven para hacer búsquedas automáticas de palabras, crear grupos de usuarios y mucho más.
Desde que empecé a usar estas aplicaciones, Twitter se convirtió en mi método favorito para informarme (allí me enteré de noticias como el accidente del avión de Air France), hice la transmisión en tiempo real de un certamen en Sao Paulo, monitoreo temas que me interesan como coaching y e-marketing, trabajo en el ‘mercadeo viral’ de algunos proyectos y sigo a amigos y desconocidos que comparten interesantes enlaces a contenidos en la Web.
Los creadores de Twitter no han encontrado un modelo de negocio que les permita hacer rentable la plataforma, pero sí fueron sabios al permitir que terceros crearan aplicaciones capaces de aumentar las funciones y el potencial del servicio. Incluso, en países como China, en los que se ha censurado Twitter, estos programas sí pueden funcionar y ‘transmitir su señal’.
La aplicación más exitosa es TweetDeck. Otras dos que recomiendo son Seesmic Desktop y Nambu (ver recuadro). TweetDeck (www.tweetdeck.com) se autodenomina “el navegador personal para estar al día con lo que está pasando”. Permite ver, en una sola pantalla dividida en columnas, todo el caudal de información: los mensajes públicos en Twitter, las respuestas, los mensajes directos (privados) y hasta las actualizaciones de estatus de Facebook. Además, con TweetDeck es posible hacer búsquedas automáticas, muy útiles para medir el pulso de la opinión sobre un tema; por ejemplo, si se busca ‘Transmilenio’, se pueden leer todos los mensajes recientes y los que vayan apareciendo con esta palabra.
Para bajar y probar
Seesmic Desktop (desktop.seesmic.com) es el retador de TweetDeck; ofrece las mismas funciones, pero su ventaja es que permite usar varias cuentas de Twitter a la vez (así, no sólo tengo la personal, MauricioJaramil, sino que creé un par de cuentas empresariales).
Además, Seesmic Desktop también deja actualizar el estatus de Facebook, independientemente de Twitter.
Otra aplicación muy útil es Nambu (www.nambu.com), mi favorita (en la foto, abajo). Sólo funciona en Mac OS X y todavía tiene limitaciones que causan incomodidad, como que sólo es posible volverse seguidor de un twittero con una de las cuentas de usuario; sin embargo, tiene características únicas: por ejemplo, la posibilidad de ver los tweets en conversaciones y no en mensajes sueltos, lo que facilita entender muchos de los mensajes.
Algunas aplicaciones más que vale la pena probar son: Tweetie, Splitweet y TweeTree; además, para celulares están Twitterrific, Twitterfon y los mismos Nambu y Tweetie.
MAURICIO JARAMILLO
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
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