La miniserie británica “Adolescencia”, estrenada en Netflix el 13 de marzo de 2025, ha irrumpido en la escena televisiva con una propuesta audaz y perturbadora que invita a una profunda reflexión sobre los peligros que acechan a la juventud en la era digital. A lo largo de sus cuatro episodios, la serie nos sumerge en la desgarradora historia de Jamie Miller, un adolescente de 13 años acusado del asesinato de una compañera de clase, y explora las complejidades de su entorno familiar y social.
La narrativa de “Adolescencia” se centra en la radicalización de los jóvenes a través de las redes sociales y la exposición a ideologías misóginas y violentas. La serie aborda cómo Jamie, un chico aparentemente común, es influenciado por contenidos tóxicos en línea que distorsionan su percepción de la realidad y lo conducen a cometer un acto atroz.
Uno de los aspectos más destacados de la producción es la elección estilística del director Philip Barantini al utilizar el plano secuencia en cada episodio. Esta técnica, que consiste en rodar escenas en una sola toma continua sin cortes, aporta una sensación de inmediatez y realismo que sumerge al espectador en la trama.
Cada episodio, de aproximadamente una hora de duración, se desarrolla en tiempo real, lo que intensifica la tensión y la autenticidad de las situaciones presentadas.
La dirección de Barantini es meticulosa y precisa, logrando que la cámara se convierta en un observador silencioso que sigue de cerca a los personajes, capturando sus emociones y reacciones de manera íntima. Esta aproximación permite una conexión más profunda con la audiencia, que experimenta la angustia y el desconcierto de los protagonistas en primera persona.
La fotografía de “Adolescencia” complementa esta visión realista con una paleta de colores sobria y una iluminación naturalista que refleja la crudeza de la historia. Los encuadres cerrados y los movimientos fluidos de cámara contribuyen a crear una atmósfera claustrofóbica que refleja la opresión y el aislamiento que sienten los personajes. Esta elección estética refuerza la sensación de autenticidad y permite al espectador adentrarse en la psicología de Jamie y su entorno.
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El elenco ofrece interpretaciones sobresalientes que aportan profundidad y humanidad a la narrativa. Owen Cooper, en el papel de Jamie Miller, realiza una actuación conmovedora que captura la inocencia y la confusión de un adolescente atrapado en circunstancias extremas. Su capacidad para transmitir la vulnerabilidad y el tormento interno de su personaje es notable, especialmente considerando la complejidad emocional que exige el rol.
Stephen Graham y Christine Tremarco, quienes interpretan a los padres de Jamie, ofrecen actuaciones igualmente impactantes. Graham encarna a Eddie Miller, un padre que lucha por comprender y apoyar a su hijo en medio de la tragedia, mientras que Tremarco da vida a Manda Miller, una madre desgarrada por el dolor y la incredulidad.
La serie también destaca por su guion, coescrito por Jack Thorne y Stephen Graham, que aborda temas contemporáneos con sensibilidad y profundidad; la narrativa no se limita a explorar el crimen en sí, sino que profundiza en las causas subyacentes, como la influencia perniciosa de la “manosfera” y la misoginia en línea. Además, pone de relieve la desconexión generacional y la incapacidad de los adultos para proteger a sus hijos de los peligros digitales.
“Adolescencia” es una obra que desafía al espectador a confrontar realidades incómodas sobre la juventud actual y el impacto de la tecnología en sus vidas. La combinación de una dirección innovadora, una fotografía inmersiva y actuaciones poderosas resulta en una serie que no solo entretiene, sino que también invita a la reflexión sobre la responsabilidad colectiva en la formación y protección de las nuevas generaciones. Es, sin duda, una de las producciones más destacadas del año y una adición imprescindible al catálogo de Netflix.
Imagen: Netflix
