‘Película de Adam Sandler’ en algún momento se convirtió en un sinónimo de ‘un hueso por el que no vale ni gastar boletas regaladas’. La sola participación del actor era un mal síntoma, el pronóstico de una comedia sosa con chistes de adolescente, Sandler en su papel de niño adulto y el reciclaje de una fórmula que en cierto punto cansó. Si algo, no es culpa del actor que en su historial tiene buenos filmes como ‘Como si fuera la primera vez’ (2004) y ‘Golpe bajo: El juego final’ (2005). Quizás el mal lo haya hecho la televisión nacional que insistió en repetir hasta la saciedad ‘Billy Madison’, ‘El Aguador’, y ‘Mr. Deeds’.
Por eso, cuando Netflix promocionó una película original de Sandler en su plataforma, es normal que muchos decidieran ignorar la recomendación. Pero bien dice el dicho: “no juzgues a un libro por su portada”. ‘Misterio a bordo’ es una película divertida, una de esas que llegan para callarle la boca a uno. No es una obra maestra ni mucho menos, pero sí uno de esos filmes que demuestran que siempre es más divertido estar equivocado y sorprenderse cuando se arriesga a confiar en el algoritmo de Netflix.
El misterio de ‘Misterio a Bordo’ no es tan difícil de resolver
Para aquellos que gustan del género de cintas de misterio, hay una dosis extra de humor aquí. La nueva cinta de Sandler es básicamente una parodia de las historias de complots, detectives, mayordomos y herencias prohibidas. Aquí está la mayor broma de la historia. Su uso constante de clichés en este tipo de películas, solo para dar la vuelta y mirar lo ridículo del caso.
La clave viene a ser los personajes de Nick (Adam Sandler) y Audrey (Jennifer Anniston), la pareja que se ve envuelta en un misterio propio de una novela de Agatha Christie. Son ellos los que se encargan de romper con los clichés y mostrar un poco lo ridículo de las historias de misterio, cuando se rompe la burbuja del drama. Por ejemplo, el momento clásico cuando la víctima reúne a sus invitados o la primera reunión con el detective.
Ahí está el elemento que salva de ‘Misterio a bordo’ de ser una cinta más de comedia sin algo para ser recordada. El hecho de que se trate de un juego de ‘Clue’ con dos protagonistas que no encajan con la situación.
Tampoco esperen una comedia de primer nivel
No es que ‘Misterio a bordo’ sea un plan recomendado a ciegas. Esta es una de esas películas para ver el fin de semana, cuando no hay nada más que hacer y se quiere ver algo que no requiera mayor compromiso. Es uno de esos placeres culposos que no hacen daño, pero tampoco dejan de ser una comedia procesada y empacada.
Comete muchos de los pecados de las películas de Sandler, tiene sus momentos en los que el humor es más bien soso y algunos problemas con las motivaciones de sus protagonistas. Pero esto lo compensa con el hecho de que, al menos, no resulta un paseo aburrido y doloroso como algunos de sus hermanos. Es uno de esos filmes que no se pueden culpar por no tener mucho de valor, porque a leguas se ve cuál es su juego y no se necesita ser Sherlock Holmes para descubrir que aunque Sandler se vista de seda, Sandler se queda.
De nuevo, se trata de una inofensiva película cuya misión seguramente será servir de snack para matar algunas horas. Podemos asegurar que hace esto de maravilla.
Imágenes: Netflix