El sonido de lo extraño vuelve en el último álbum de David Lynch

Seis personas vomitando varias veces no es lo suficientemente extraño para describir el potencial del director americano David Lynch. Su gusto por tratar de generar sensaciones distintas oponiendo sonido e imagen se ven mucho en sus cortos (como en ‘The Alphabet’), y esta obsesión por lo sonoro llevó al excéntrico Lynch a pasar del mundo cinematográfico al mundo de la música. El director está usando la tecnología par darle un valor agregado a su público ya que lanzó su nuevo álbum via pitchfork antes de sacarlo al mercado.

Para él, no basta con hacer videoclips para bandas como Rammstein o Nine Inch Nails (puede producir epilepsía), o producir los trabajos de otros artistas y escribir letras para Donovan o Fox Bat Strategy. David Lynch ama la música, y eso lo ha llevado a crear experimentos y componer trabajos propios (como se vio con la banda sonora de Inland Empire). Al igual que su trabajo audiovisual, en sus composiciones maneja las mezclas disonantes, los espacios muertos, y la inclusión de ruidos que contaminen la pista inicial.

Lynch clasifica su nuevo trabajo como una modernización de Blues de tono bajo. ‘The Big Dream’ es la continuación de su trabajo musical, y el arte del album en pitchfork está ambientado al estilo de sus primeras películas en blanco y negro filmada con ISOs altos, un grano bien pronunciado y planos detalles con mucho movimiento.

El mes pasado terminó con el lanzamiento del sencillo ‘I’m Waiting Here’ donde anunciaba el lanzamiento del álbum para este 16 de julio.