Evaluación: ‘La maldición de Bly Manor’

La maldición de Bly Manor

Antes de empezar a hablar de ‘La maldición de Bly Manor’, hay que hacer la aclaración, no se parece en nada a su hermana ‘La maldición de Hill House’. Así que para los que estaban esperando encontrarse con una secuela o precuela de la casa de los siete hermanos, es mejor abandonar toda esperanza.

La maldición de Bly Manor

Para los que amaron la anterior entrega del director Mike Flanagan, esta nueva serie no será del todo una sorpresa, al estilo de ‘American Horror Story’ algunos actores vuelven para llevarnos a una historia completamente nueva. Nos encontramos de nuevo con los giros temporales, el drama familiar y una metáfora del amor y la posesión.

En está ocasión, Danielle Clayton (Victoria Pedretti), profesora estadounidense, es contratada para cuidar de dos huérfanos: Miles (Benjamin Evan Ainsworth) y Flora  Wingrave (Amelie Bea Smith), en una lujosa y remota mansión en el Reino Unido.

Bly Manor es una casa antigua, rodeada de jardines verdes, árboles y su propio lago, pero guarda un secreto; tanto el pueblo como la mansión parecen tener su propia fuerza de gravedad. Así lo afirma Owen (Rahul Kohli), el chef, que junto a Jamie (Amelia Eve), la jardinera. y Hannah  Grose (T’Nia Miller), ama de llaves; guiarán y acompañarán a Dani en su tarea de cuidar a los niños Wingrave.

‘La maldición de Bly Manor’ no deja la misma impresión que su antecesora en cuanto a terror y suspenso. Pero tiene una fuerte narrativa que te llevará a querer unir las piezas de cada capítulo para entender a los personajes; que para muchos de los que amamos ‘La maldición de Hill House’ y que nos hagan saltar de vez en cuando con una buena sorpresa de terror puede parecernos inicialmente un sinsabor. Mientras que, para otros, caer en la trampa de los traumas sicológicos, el drama y las historias de amor de la familia Wingrave y sus empleados será lo que más valga la pena.

La casa de muñecas, un mapa por descubrir de ‘La maldición de Bly Manor’

La maldición de Bly Manor

Bly Manor es una mansión típica del Reino Unido y tal vez muchos pecaremos en querer compararla con Hill House. En lugar de disfrutar la historia, querremos encontrar las pistas escondidas que nos dejó Flanagan y este fue mi error y posiblemente el de muchos que llegaron para ver la serie comparándola con su hermana. Pero la realidad es que son muy distintas.

Sí, hay pistas, hay menciones y hay fantasmas ocultos, pero la verdadera pieza que debemos mantener en nuestra mente es la casa de muñecas de la pequeña Flora. Para los amantes de los acertijos, probablemente este será el primero y más fascinante por descubrir.

La casa es una metáfora que cada espectador deberá entender y darle significado a medida que avanza la historia. Cada habitación es única, con colores y luces diferentes, al igual que cada capítulo nos llevará a la mente y experiencia de los habitantes de la mansión. Al igual que la casa de muñecas, en la serie cada detalle está cuidado al mínimo, ser solo alguien que pasa sin prestar atención no es gratiifcante, el espectador debe sentarse y admirar cada uno de sus adornos.

Revisitar la serie después de conocer el final da una visión completamente nueva y mucho más sentido a los diálogos y sentimientos de los personajes. Verla por primera vez se sentirá como armar un rompecabezas lentamente y al principio, no logrará captar el interés; así que más de uno debe perseverar.

No tiene el impacto de su predecesora, pero sí una buena narrativa

La maldición de Bly Manor

Para los amantes de las series de terror, esta no será su nueva serie favorita. Le hace falta muchos más detalles que deberían hacer saltar a los televidentes. La impresión que deja no es tan fuerte como su antecesora. Pero ‘La maldición de Bly Manor’ tiene una forma única en su narrativa, no te quedarás por el susto; sino por conocer más de cada uno de sus habitantes.

De hecho, si pudiera afirmarlo, esta no es una historia de fantasmas, monstruos o maldiciones, es una historia de amor. De lo grande que pueden llegar a crecer los sentimientos y el poco control que tenemos sobre estos. Por ejemplo, en una escena vemos como hablan del amor y la posesión. Para ser exactos dicen: “La gente confunde amor con posesión” y Bly Manor ama a cada uno de sus habitantes. Y cada habitante tiene un amor a quién desea poseer.

Como lo mencioné anteriormente, cada capítulo es una pieza del rompecabezas y al igual que los habitantes sienten que la gran mansión tiene su propia fuerza de gravedad, los espectadores sentirán que la serie los llama a verse un capítulo tras otro.

La trampa de ‘La maldición de Bly Manor’: el trauma sicológico y el drama familiar

En el primer capítulo, Dani Clayton le pregunta al señor Wingrave (Henry Thomas), tío de los huérfanos, cuál es la trampa de su nueva posición como niñera. Porque el trabajo suena demasiado perfecto y debe haber una trampa. A su vez, él le pregunta, ¿cuál es la tuya?

El espectador se encontrará preguntándose lo mismo, ¿cuál es la trampa? A medida que avanza el primer capítulo se enredará en los traumas sicológicos de los dos niños, en la alegría tranquila del chef y la calma del ama de llaves. Así, avanzará y querrá conocerlos más, no querrá quedarse con la duda de cómo Bly Manor los atrapa.

Cada personaje tiene su historia y esto conlleva al trauma que debe enfrentar a medida que avanza la serie. Como lo afirma Jamie, la jardinera, los seres humanos son agobiantes, pero cuando trabajas con ellos, encuentras alguno que vale la pena. ‘La maldición de Bly Manor’ trata de demostrar como esto es verdad, comprender los sentimientos humanos es agobiante, lidiar con los traumas de otras personas cansa y lidiar con uno mismo y la voz de los monstruos en nuestra cabeza y el alterego es una pesadilla. Pero muchas veces tenemos a la familia, la de nacimiento y la que escogemos a lo largo de nuestra vida, para ayudarnos a llevar esa carga.

Caer en la trampa de Bly Manor no es difícil. Aunque los espectadores no se quedarán por el suspenso o el terror; se quedarán por los personajes, por conocer más sobre sus traumas y conocer cómo se convierten en una familia.

Imágenes: Netflix. 

 

 

 

 

Diana Arias

Diana Arias

Soy comunicadora social de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en Producción multimedia y Periodismo, y Lingüista de la Universidad Nacional. Actualmente, estoy haciendo la especialización en economía de la Javeriana.

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