Vivir en 2022 está resultando muy costoso. La inflación global está haciendo que los hogares tengan que tomar decisiones complicadas al momento de balancear la billetera. Y por supuesto, una de las primeras cosas que suele recibir la tijera al momento de tomar decisiones es el entretenimiento: al menos 20% de los hogares han decidido cancelar un servicio de streaming por la inflación.
Una encuesta a consumidores, publicada por KPMG, asegura que un 20% de las personas consultadas han decidido cancelar al menos un servicio de streaming. Más importante, la muestra indica que si la inflación continúa (que parece ser el consenso actual) un 37% de las personas están pensando en cancelar a futuro uno o todos los servicios de streaming. El otro 24% aseguró que incluso con la inflación no tiene planes de cancelar alguna plataforma, mientras que un 19% asegura que la inflación no tiene o ha tenido algún impacto en sus decisiones para contratar streaming.
Hay mucha lógica detrás de esta decisión de los consumidores. No solo la canasta familiar ha aumentado de precio, sino que también lo han hecho las plataformas de este tipo. Disney anunció que incrementará el costo del servicio en los Estados Unidos y muchos esperan que Netflix este año continúe la tendencia para compensar la falta de crecimiento en nuevos suscriptores.
Te puede interesar: Opinión: Las plataformas de streaming hoy quieren ser servicios de cable
Para sorpresa de pocos el precio es el factor decisivo al momento de decidir. Un 37% de las personas encuestadas aseguró que estaban esperando para ver si el precio de las plataformas subía o bajaba antes de tomar alguna decisión.
“Con la inflación persistente combinada con el aumento de las tarifas de transmisión, la lealtad del consumidor se pondrá a prueba”, aseguró Scott Purdy, líder de la industria nacional de medios de KPMG, en un comunicado. “Los proveedores deberían pensar más allá del contenido y cómo pueden hacer que sus servicios sean ‘más atractivos’, por ejemplo, ofreciendo paquetes o enlaces”.
Esta lealtad también se pondrá a prueba conforme los servicios apuesten por nuevas maneras de monetizar los contenidos. Netflix, por ejemplo, está apostando por un modelo con anuncios y también a forzar a sus usuarios a que dejen de compartir sus contraseñas. La primera estrategia parece clave en estos momentos, porque supone una alternativa más ‘económica’. La segunda… ha probado ser un poco más controversial y puede por empujar a muchos a tomar una decisión dolorosa ahora que la ‘dieta del streaming’ está pidiendo ayuno.
Imágenes: Foto de Karolina Grabowska
