6. La próxima nave espacial.
En mayo, la NASA reveló lo que será la siguiente nave de exploración espacial. Tras cancelar el programa Constellation, medida que ordenó el presidente Bush (cuya misión era regresar un hombre a la luna para 2020), el presidente Obama encargó a la agencia la tarea más ambiciosa de llevar un hombre al asteroide más cercano, y después llegar a Marte.
Para eso, la NASA creó el vehículo tripulado de propósitos múltiples (MPCV), aunque usando los diseños que ya habían desarrollado para el difunto programa Constellation. Como ya había una inversión cercana a 5.000 millones de dólares en ese proyecto, la NASA pudo presentar el nuevo prototipo en un tiempo récord.
La nueva nave hace recordar los viejos dispositivos lunares de Apolo, que eran cápsulas en forma de cono. Y esta nave también está pensada para rendir en ámbitos de poca gravedad. Es decir, tras su lanzamiento inicial, se desprende de su cohete y se queda en la órbita espacial. Es muy pequeña para que su tripulación de cuatro coexista en ella durante viajes de varios meses, por lo que este atributo es ideal.
Se puede parquear uno de estos módulos en la Estación Espacial Internacional, tripularlo, y enviarlo a la luna. Lo mismo se podría hacer en una futura expedición a Marte, en la que la tripulación viaje en un modulo grande y habitable, con esta pequeña nave adjunta para aterrizar en el planeta y volver al espacio. Ya fue construida y está en la etapa de evaluación el primer prototipo, por lo que podemos esperar que haya varias de estas naves activas alrededor del 2030.
7. El cumpleaños espacial.
Para muchos, la fecha de abril 12 de este año pasó desapercibida. Pero seguramente los fanáticos de la exploración espacial celebraron esta fecha con una velita, ya que marcaba los 50 años desde que el primer ser humano dejó atrás la gravedad terrestre y vio al mundo desde fuera.
Yuri Gagarin fue el primer hombre en orbitar la Tierra desde el espacio en ese abril 12 de 1961, y aunque él no volvió al espacio, tuvo un impacto gigante sobre el futuro desarrollo de la exploración espacial.
Su épico vuelo no solo enamoró a los niños soñadores con la posibilidad de ir al espacio, sino que llenó de envidia anticomunista a los estadounidenses, espoleando al presidente Kennedy y al congreso a fundar la NASA e imponerse el famoso objetivo de llegar a la luna antes de que pasaran diez años.
8. La humanidad nunca ha llegado más lejos.
O bueno, para ser precisos, sus robots nunca han llegado más lejos. Fue en este año cuando nuestros representantes electrónicos llegaron por fin al límite de nuestro sistema solar, viajando a 58.000 kilómetros por hora, de aquí en adelante es espacio exterior, y todo tras volar por 34 años.
El Voyager 1 se encuentra en la última esfera de influencia gravitacional de nuestro sol, y el Voyager 2 le sigue los pasos por poco. Más que todo sorprende que estos dos exploradores sigan activos y enviando datos a su hogar terrícola, donde los científicos están compilando y analizando esa información.
Y es información de sumo valor, ya que resulta que la salida del sistema solar viene con su turbulencia y los datos pueden servir para preparar la salida del Voyager 2. Para los que no recuerdan estas emblemáticas misiones, son las que llevan los discos vinilos enchapados en oro con grabaciones del saludo humano en todos sus lenguajes.
9. La integración con las redes sociales.
Antes, la exploración espacial era algo lejano y abstracto. Subía un cohete y, una década más tarde había un anuncio importante. Así fue con las misiones Viking, que fueron las primeras a Marte y son recordadas por las primeras imágenes que nos dieron del planeta rojo.
Fue el caso de los Voyager, que nos enviaban una imagen cada cuantos años de Júpiter, de sus lunas, de Saturno y sus anillos, como si se tratara de amantes perdidos en altamar. Pero este ya no es el caso, ya que la NASA ha mantenido la loable tarea de integrar sus misiones con el mundo de las redes sociales para ofrecer mayor inmediatez.
Desde robots que responden por Twitter desde la Estación Espacial Internacional hasta exploradores robóticos en la superficie de Marte que actualizan el estado de sus días por Facebook, nunca antes los amantes del espacio podían seguir el progreso de la humanidad de manera tan cercana.
Y mejor aún, la agencia ha dedicado una buena cantidad de personas a mantener y actualizar sus cuentas en las redes sociales, por lo que la gente común puede recibir respuestas a sus preguntas o comentarios en tiempo real.
10. Se está cayendo el cielo.
Bueno, no. En verdad no. Lo que pasa es que tras 50 años de exploración espacial, la humanidad ha llevado muchas cosas al espacio, desde discos de rock a pelotas de golf, pero como bien saben las especies marítimas, a donde va el hombre, va su basura.
Se estima que hoy en día hay más de 20 millones de objetos orbitando la tierra que son desperdicios de satélites, de misiones tripuladas, de las estaciones espaciales, de cohetes y cualquier tuerca, tornillo o vara que se haya soltado a nuestros juguetes espaciales.
Además de toda esa basura se encuentran los cientos de satélites que orbitan el planeta a diferentes alturas. Muchos de estos tienen sus vidas útiles, con orbitas planeadas para que se descompongan al final de esas vidas y caigan en los océanos de la Tierra.
Este año ha sido testigo a muchas de esas caídas de los cielos. Lo que parece un ovni, una lluvia de meteoritos o una bomba espacial no es más que un viejo satélite desperdigándose en el calor de nuestra atmosfera, como fue el caso del satélite alemán ROSAT, que cayó en octubre.
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