Los sudacas se ‘recursean’ en el cómic

Un autorretrato de Marco Tóxico.

Un autorretrato de Marco Tóxico.
Un autorretrato de Marco Tóxico.

A primera vista, el grupo de seis historietistas que armaron la charla ‘sudaca soy: contradicciones y urgencias del cómic latinoamericano’ del recién terminado festival Entreviñetas, no parecían más que varios fulanos en una mesa. Claro, sin usar fulanos como un mal término, pero es innegable que Bef, Marco Tóxico, Catalina Bu, Martín Lopez, Inu Waters y Berliac parecen un grupo de jóvenes cualquiera que veríamos reunidos en la plazoleta de una universidad o compartiendo cervezas en una feria independiente.

El cómic en latinoamerica pasa por una época que la mitad de los panelistas considera un ‘boom’ y la otra mitad no están tan convencido de ellos, pero todos juntos concluyen que quieren darle la espalda a una tradición con la que no se identifican: no me gusta ‘Condorito’, ni la ‘Familia Burrón’, Quino o el ‘Eternauta’. Bueno, “a mi si me gusta el Eternauta”, afirmó en algún punto el representante de nuestro país en la mesa, el buen Inu Waters.

'Diario de un solo' por Catalina Bu.
‘Diario de un solo’ por Catalina Bu.

Tener a seis voces tan distintas del cómic de nuestro continente reunidas en Bogotá, es una oportunidad para agarrar una pequeña muestra del panorama del noveno arte en los países de América del Sur, una región que en su mayoría ha tenido que “recursearse” a la hora de armar cómic (Una expresión que Martín trae desde Perú que significa “buscarse sus propios recursos”).

Una rápida ojeada

Empezando por los ‘sudacas’ más alejados del sur, Bef afirma que “México tiene la tragedia de estar en norteamerica”. El historietista señala que su país tiende a cometer el error de mirar siempre hacia el norte, aunque con el sur tenga vínculos más profundos. Bef no es ciego a la realidad y sabe que sus colegas buscan publicar en Estados Unidos por la cercanía geográfica, el idioma y la influencia.

Pero aun así, para este autor “hay una escena autoral que llega después de 25 años a consolidarse con un público lector. Por primera vez soy optimista”, agrega que “hay condiciones editoriales para que podamos dibujar y publicar dignamente”.

Su colega Boliviano, Marco Tóxico, concuerda con ello, afirmando que “En Bolivia puedes sobrevivir como historietista, es difícil, yo no me quejo… no quiero que me vean con pena y me den monedas” agrega con humor. Para Marco en su país nunca ha existido una tradición de la historieta, pues la población siempre ha preferido el humor gráfico, que llega con los periódicos satíricos publicados cerca de las fiestas populares.

Aunque no exista una tradición, el boliviano no ve ello de forma negativa, al contrario, pues “estamos lejos de los maestros y por ello hay mucho potencial”. Eso sí, acepta que hace falta un público que pueda sustentar el crecimiento del cómic en su país.

Una viñeta de Inu Waters.
Una viñeta de Inu Waters.

Cuando la chilena Catalina Bu toma la palabra, pone en términos claros una de las primeras conclusiones del panorama de la historieta en Sur América: “Cada región, cada país, se distingue mucho del cómic americano. La nuestra es una rama del cómic ligada a las experiencias de cada autor (…) es mirar cada libro y el lector se encuentra con opiniones, sentimientos y un estilo en particular”.

Su postura es clara cuando afirma que “uno trata de escapar de este imperialismo gringo que se mete por todos lados, inclusive en la gráfica”. Para ella la academia y la tradición tienen muchos estigmas técnicos y de guión, que le exigen a los autores “escribir sobre algo fantástico, algo incríble y maravilloso, pero, de repente, lo increíble son las experiencias de cada uno”.

Si el cómic de autor es un común denominador entre estos artistas, el internet es una herramienta que ha unido todas esas experiencias, un tema que el peruano Martín López señala como escencial para entender la escena de cómic latinoamericano. López señala que, hace unos años, con el nacimiento de las comunidades de autores en la red, de dio cuenta de que había una gran cantidad de personas haciendo cómic regados por todo el continente y “este medio digital ha hecho mucho a favor que nos podamos conocer y que ahí nazcan colaboraciones”.

Para nuestro embajador en la mesa, Inu Waters, los inicios de la nueva movida del cómic en Colombia tienen cara de fanzine y uno de sus muchos nombres es ‘Colombian Trash’. Desde el año 2005 las ferias de publicaciones independientes empezaron a unir a los autores de todo el país y les dieron una mesa donde demostrar que el noveno arte en Colombia sí existe.

Rayando un poco con esa imagen tan generalizada del ego argentino, Berliac empieza afirmando con orgullo algo que nadie puede negarle “argentina no necesita mucha introducción, porque tiene mucha historia, la más conocida e influyente, me atrevería a decir”. Pero ha sido una historia con bajadas y subidas, con una caída entre los años 70 y 80, la llegada del cómic extranjero por montones en los 90 y un resurgir en el nuevo milenio a través de la red con la página Historietas Reales y el regreso de la clásica revista Fierro.

De los lapices de Berliac.
De los lápices de Berliac.

Para el argentino, aunque no abraza la idea de “un renacer de la historieta argentina”, la realidad es que “hay una olla a presión donde se cocinan muchas cosas todo el tiempo (…) es un panorama dinámico”.

Entonces ¿Qué comparte el cómic latinoamericano?

Para todos los panelistas la verdad es que no existe una identidad. Y agradecen por ello. Los seis saben que sus cómics son sus mismas voces, sin las restricciones de viejos estilos que la tradición o la academia ha querido imponer. Berliac lo pone en palabras más llanas diciendo que “llega la gente de mierda que empieza a decir: esto es lo que debe ser latinoamericano (en el cómic)”.

Bef acepta que detesta los típicos ejemplos de cómic en la historia de su país, como ‘la familia burrón’, que es “torpe, mal dibujada, con unos guiones espantosos y verborreicos”. Así sus demás colegas reafirman que no gustan de los viejos ejemplos y se unen a una especie de resistencia que está de la mano de la contracultura. “Nos tocó dinamitar” señala Bef.

Todos nacidos de la cuna del fanzine y la “filosofía del hazlo tú mismo”, buscan “no tener miedo de hacer algo distinto”, como afirma Catalina. Entonces entra la negación, que para Martín es importante pues deben poder decir “no quiero ser como Quino, como Marvel, como Tintín”.

El trabajo del mexicano Bef.
El trabajo del mexicano Bef.

Para el peruano el cómic latinoamericano debe ser una “especie endémica, de una cultura endémica con estilos endémicos”. Ese panorama lo explica Inu Waters al decir que reafirmar lo latino se hace con el estilo, “que mis historias sucedan en Bogotá, donde hablan cómo en Bogotá y donde escribo las groserías como las dicen en Bogotá”.

Todo esto sin transformar esa identidad en una burla mal armada, como lo señala Bef, quien usa de ejemplo “cosas tan ridículas como superhéroes basados en los dioses aztecas”. Concluye que esa especie de copiar y adaptar “nunca ha sacado un buen cómic”.

Finalmente, entre afirmar la negación y decirle no a la tradición, Berliac saca un último ejemplo que para el argentino es “la metáfora perfecta que expresa lo que estamos hablando”: el cómic boliviano ‘Supercholita’. “Cuando alguien me pregunta sobre un comic sudaca es lo que se me viene a la cabeza” afirma.

Entre decenas de autores en todo el continente, estos seis lápices que llegan desde Peru, Argentina, Chile, Mexico y Bolivia para sentarse a hablar sobre cómic en una mesa en Bogotá, saben dos cosas seguras: nuestro continente está impulsando la historieta de autor y quieren que esta sea lo más distinta posible de sus antepasados.

Si quieren conocer el trabajo de estos hitorietistas, pasen por sus blogs y páginas web: Marco Tóxico (DivinoGolfo), Martín López (jaijaijai), Berliac (Berliac.com), Inu Waters (ColombianTrash), Catalina Bu (Catalinabu.com) y Bef (Monorama).

Imágenes: Dibujos de Marco Tóxico, Berliac, Catalina Bu, Bef e Inu Waters.

Camilo Martínez

Camilo Martínez

Viviendo dentro de las cuatro líneas que arman una viñeta, transportándome en los fotogramas de las películas más clásicas o del cine más explosivo, leyendo desde literatura de ciencia ficción desechable o las obras hechas para el bronce. Básicamente amante ciego de las historias, sea en pantalla o papel, buenas o terribles. Profesional en comunicación social y periodismo del Politécnico Grancolombiano, he colaborado con medios como Caracol Radio, Cartel Urbano, Diario ADN y RCN Televisión.

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4 comments

  • Denigrante q usen ese termino de sudaca considerando su significado…y mas denigrante q un latinoamericano lo use

  • Denigrante q usen ese termino de sudaca considerando su significado…y mas denigrante q un latinoamericano lo use

  • De acuerdo, lamentable que usen el término “sudaca”.
    Hay que pensar las cosas mejor. Pienso que los organizadores del evento por creerse “creativos arribistas de mejor linaje” o “las quintaesencias del arte secuencial”… metieron la pata.

  • De acuerdo, lamentable que usen el término “sudaca”.
    Hay que pensar las cosas mejor. Pienso que los organizadores del evento por creerse “creativos arribistas de mejor linaje” o “las quintaesencias del arte secuencial”… metieron la pata.

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