Hoy se acabó una de las rachas más impresionantes en el mundo de los negocios. Después de 13 años, Apple reportó una desaceleración en su facturación trimestral.
Para el segundo trimestre fiscal de 2016, la compañía de la manzana facturó 50.600 millones de dólares, 13% menos que el mismo periodo de 2015. La utilidad neta, en consecuencia, también cayó 22% y quedó en 10.500 millones o 1,90 dólares por acción.
Según The New York Times, la contracción se debe principalmente a que las ventas del iPhone decayeron por la saturación de los mercados principales y la situación de la industria en el mundo. Mientras que en el segundo trimestre de 2015 Apple vendió 61.170 iPhone, durante ese mismo periodo del año actual el número de unidades vendidas fue de 51.193. En unidades el cambio fue de -16%, en facturación de -36% y en utilidad fue de -18%.
Parece que las apuestas de Apple por reemplazas lo inevitable –las desaceleración del iPhone- todavía no están dando resultados. El negocio de teléfonos inteligentes es tan grande, que aunque Apple logró aumentar la facturación de sus servicios y otros productos, no le hizo cosquillas al efecto que tuvo la desaceleración del iPhone.
Aunque las condiciones macroeconómicas ya mostraban signos del estancamiento, los analistas esperaban unos resultados un poco mejor. Durante las transacciones después del cierre de la campana de la Bolsa de Nueva York, la acción de Apple cayó casi 8%, rompiendo la barrera de los 100 dólares.
Las nuevas apuestas de Apple no están dando los resultados esperados. La familia de tabletas, con nuevos integrantes ‘profesionales’, no levantó y fue la unidad con las contracciones más grandes. Los nuevos iPad Pro no ha podido frenar la curva descendiente que tiene este producto, algo que se ve claramente reflejado en el reporte financiero de este trimestre. El número de iPad despachados cayó 36% y su facturación disminuyó 38% en comparación con los números del segundo trimestre de 2015.
Uno de los rayos de sol entre la tormenta es el margen de Apple. La organización reportó que tuvo un margen bruto de 39,4%, muy similar al 40,8% del segundo trimestre de 2015. Esto muestra que Apple sigue sacando una tajada importante de utilidad de cada producto que vende, algo que pocos fabricantes de móviles logra hacer.
China, uno de los motores de crecimiento más importante para la empresa, está con el tanque vacío. En ese país, las ventas cayeron 26%, algo que se suma a los problemas que han tenido con la venta de sus servicios.
Aunque se haya roto una racha de 13 años, Apple todavía tiene una excelente salud financiera. La empresa autorizó un incremento de 50.000 millones de dólares para sus accionistas, totalizando 250.000 millones en 2018.
En declaraciones a través de un comunicado de prensa, Tim Cook, CEO de Apple, se siente muy optimista ante el futuro, aunque los inversionistas estén castigando la acción. “Nuestro equipo ejecutó todo muy bien ante vientos negativos macroeconómicos”, dijo el directivo. “Estamos muy contento con nuestro crecimiento en la facturación de servicios, gracias a la fuerza del ecosistema de Apple y la base instalada de más de 1.000 millones de dispositivos”, agregó.
El Times agrega que aunque el iPhone SE fue lanzado en marzo, todavía no ha tenido suficiente tiempo en el mercado como para tener un impacto en las finanzas de la compañía. Además, este trimestre ha sido tradicionalmente débil para Apple, pues se sitúa después de la frenética temporada navideña y la expectativa que genera un nuevo lanzamiento en septiembre.
Bloomberg sienta un importante punto para Apple: ¿los resultados son un reflejo de un mercado que claramente está maduro o una pausa ante el lanzamiento del iPhone 7? Aunque en este momento no hay forma de saber, el lanzamiento del próximo teléfono será un termómetro sobre la situación de la compañía. Apple todavía depende del iPhone y si sigue la tendencia del mercado, las épocas de grandes crecimientos y utilidades récord quedarán en la historia.
Imagen: Apple.
