Yahoo! es una empresa extraña. A pesar de que su actividad principal de productos y servicios web tiene serios problemas financieros, sigue siendo un negocio muy atractivo. La razón es que, en 2005, hizo uno de los mejores negocios que una empresa de tecnología ha hecho en la historia reciente. Compró el 40% de Alibaba a 1.000 millones de dólares, y desde entonces ha vendido buena parte de esas acciones. Hoy tiene un 15% de la empresa china, un participación avaluada en 31.000 millones de dólares.
La administración de ese gran tesoro es una operación rentable, pero le quita enfoque y energía al manejo de una operación que está en problemas serios. El plan original era crear una empresa aparte de Yahoo! que administrara esa participación, pero los inversionistas juzgan –según The New York Times– que ese plan es demasiado complicado, y que podría tener una carga de impuestos demasiado alta. Por eso, este miércoles la empresa anunció que hará la movida contraria: separar sus servicios principales en una nueva compañía.
“La separación definitiva de nuestra participación en Alibaba será importante para proseguir con la transformación de nuestro negocio“, dijo la presidenta de la compañía, Marissa Mayer, según el comunicado que anuncia la decisión. La presidenta espera poder concentrarse en manejar su operación, pues se desentendería de la administración de las acciones de Alibaba. De todos modos, los accionistas actuales de Yahoo! tendrán acciones en las dos compañías.
Yahoo! tiene varios productos relevantes, como Flickr o Tumblr. Además tiene una participación en Yahoo! Japón, uno de los portales web con más tráfico en ese país, y una operación especialmente rentable.
Cuando se anunció la intención de separar las acciones en Alibaba del resto de Yahoo!, se especuló que el objetivo final era vender los productos web de la compañía y quedarse con la administración de la participación en Alibaba. Pero el plan de Marissa Mayer es volver a hacer que la operación de Yahoo! sea rentable, y este movimiento parece un voto de confianza en la ejecutiva.
Imagen: 360b (vía Shutterstock)