Por Cristina Rigutto (Managing Director de la agencia Intuic en Italia).
Hace algunos días me hizo una breve entrevista Federico Guerrini en La Stampa, sobre la validez de las presentaciones como instrumento de comunicación. Ahora me gustaría explicar por qué con Twitter (y, más en general, con las redes sociales) las presentaciones no solo deberán obligatoriamente mejorar, sino que también se convertirán en una valiosa herramienta para la comunicación.
Con el ingreso de Twitter en las salas de conferencias, las técnicas tradicionales de comunicaciones implementadas en las presentaciones resultan ineficaces, e incluso pueden dañar la reputación del orador, sin importar cuán preparado esté. Basta con hacer una pequeña búsqueda en Twitter para leer comentarios sobre una conferencia con 130 caracteres negativos sobre el orador de turno, sobre lo aburrido que es, sobre lo que no se dijo de nuevo otra vez o, peor aún, sobre que es una pérdida de tiempo.
También en Italia, aunque con mucho retardo respecto a otros países, cada vez más personas asisten a conferencias con el portátil abierto, o con el ojo en el teléfono, y se comunican con el exterior mientras el orador está hablando. Los flujos de información se someten a un efecto multiplicador: del orador en la sala al público, del público al exterior y también desde las personas que están afuera, que retwittean, ‘linkean’ nuevo contenido, escriben a los de la sala, hacen preguntas, ofrecen respuestas…
En esta Babel Informativa, un orador que se limite a leer sus diapositivas será completamente ignorado, pero también sería muy difícil que alguien hablara sin recurrir a su apoyo. De a poco se aplican las técnicas de PNL tan en boga en este momento, pero el público no siempre se siente atraído por oradores que se esfuerzan por hacerles guiños amistosos. Hay personas a las que solo debemos darle un mensaje interesante, una información que no encuentren en otro lugar, algo por lo que consideren que es digno invertir su tiempo.
En el momento en que se está realizando la presentación es imposible entender la actitud del público, no es factible saber si los presentes están interesados o no, si están tomando notas en sus netbooks o respondiendo los correos. El único modo de entender si estamos yendo en la dirección correcta es seguir el flujo de los tweets y, de este modo, escuchar prácticamente lo que dicen.
Así, todo se juega en torno al presentador, que debe saber hablar en una ‘sala multitasking’, como si tuviera la atención exclusiva de todos y, sobre todo, debe haber preparado una presentación que, de un solo vistazo, diapositiva tras diapositiva, explique y apoye visualmente lo que está diciendo.
El orador debe revisar el estilo de la presentación, que tiene adaptarse al hábito cada vez más frecuente de las personas de leer las imágenes y no las palabras. También debe prestar especial atención a la estructura, que será el aspecto en el que se centrará la audiencia de modo casi individual; y al mensaje, que debe ser construido prestando atención no solo a la regla periodística de las 5W, sino también a la ‘social’ de las 4T (los cuatro tweets).
El desarrollo tecnológico y la Web 2.0 han cambiado el modo de acceder a la información, los usuarios se han acostumbrado a interactuar con los datos, sin límites espaciales o temporales. Las presentaciones también deberán adecuarse a este nuevo estilo de fruición informativa.
No me detendré aquí en las muchas técnicas existentes para diseñar una presentación 2.0, que serán el objeto de mi próximo curso en el Master in Comunicazione delle Scienze en la Universidad de Padua, del 23 al 30 de julio. Lo importante, en última instancia, es que las presentaciones son herramientas de comunicación que no pueden ser unidireccionales, sino que deben seguir el flujo… de los tweets.
A mi me gusta todo el desarrollo que las redes sociales han tenido y cuanto aportan a la sociedad, pero me pregunto, como en realidad un asistente a una conferencia puede absorber el tema en exposicion si esta todo el tiempo con un apartato electronico haciendo otras cosas, asi como dice el articulo ” no es factible saber si los presentes están interesados o no, si están tomando notas en sus netbooks o respondiendo los correos” y eso no pasa solo en ese ambito, tambien en salones de clase, en muchos ambientes, ya la gente no deja de desconectarse de sus aparatos. Ademas en bien sabido que para que una persona logre concentrarse en una tarea debe estar plenamente dispuesta a enfocase en ello. Creo que la conducta de estar pegado a sus aparatos electronicos no va a cambiar, es mas, mas personas se volveran adictas de esa manera, pero si vale la pena preguntarse, esta realmente la gente interesada en ese tipo de actividad??? Si es asi, porque no enfocarse en lo que se hace y dejar los comentarios para despues, para que tenga un verdadero criterio de lo que puede criticar.
Creo, con Nietzsche, que desde que existe el libro, los impresos, no son necesarios los maestros. La única justificación que veo para asistir a una conferencia son las preguntas del auditorio y las respuestas del expositor o experto y el debate que pueda generarse, sin los últimos componentes la asistencia a esos eventos es inocua por lo que señala la nota de estar en otros menesteres y las ocasionales fallas de atención que hacen perder el hilo o la idea concreta. Más productivo que esto es leer el texto del experto. Y más económico y más eficaz. http://urrao.blogspot.com