Facebook une a madre e hijo después de casi 3 décadas

Daniel (derecha) y Jutta (izquierda) contaron su historia en el noticiero My Fox Houston.
Jutta Fairley fue separada de su primer bebé apenas nació porque sus padres la obligaron a darlo en adopción. 29 años después recibió una solicitud de amigo de Daniel Schneider, quien resultó siendo su hijo.

Daniel (derecha) y Jutta (izquierda) contaron su historia en el noticiero My Fox Houston.

El año era 1981 y la estadounidense Jutta Fairley vivía en Alemania con sus padres. Jutta tenía 19 años y estaba embarazada, aunque no tenía marido ni novio con quien casarse. En vista de la situación, sus padres la obligaron a tomar una decisión: o daba al bebé en adopción o se iba de la casa. Jutta eligió la primera opción, pero jamás dejó de pensar en esa difícil encrucijada.

Con el paso de los años, Jutta se mudó de vuelta a Estados Unidos. Hoy reside en Houston, donde tiene una familia con tres hijos. Un día recibió una solicitud de amigo en Facebook de un tal Daniel Schneider. Jutta no tenía ni idea de quién era, pero en lugar de rechazar la solicitud como acostumbra hacerlo con desconocidos, Jutta investigó un poco más.

“Normalmente uno las ignora si uno no conoce a la persona o si no tienen amigos en común”, dijo Jutta al canal de televisión My Fox Houston (inglés) en referencia a la solicitud de amigo de Schneider. “Pero algo me dijo, ‘solo revisa esto. Algo no está bien’. Entonces le envié un mensaje preguntándole si lo conocía”, explicó la mujer.

La respuesta dejó sin aliento a Jutta.

“No necesariamente, pero nací el 3 de septiembre de 1981 y el nombre de mi madre era Jutta”, le replicó Schneider.

Después de charlar un poco, Jutta invitó a Daniel a Houston. Él ya tiene una familia en Alemania, donde aún reside, pero quería conocer un lado de su vida que siempre había sido un misterio. Daniel decidió ir a Houston a conocer a su madre biológica y a 2 de sus 3 medio hermanos.

Jutta accedió y, el día de su llegada, fue al aeropuerto de Houston a recibir a un hijo que había dado por perdido hacía casi 30 años. 5 horas adicionales de espera casi le roban la cordura a Jutta, pero cuando finalmente vio a Daniel salir del aeropuerto (lo reconoció, naturalmente, gracias a Facebook), corrió hacia él y explotó con emoción.

Su primera conversación no reflejó la distancia y el tiempo que separaron a Daniel y a Jutta. Por el contrario, demostró la fuerza que tiene el vínculo de madre e hijo.

“Dios mío. Dios mío, te amo”, dijo Jutta mientras abrazaba con todas sus fuerzas a Daniel.

“Yo te amo a ti también, mamá”, respondió Daniel.

Luis Iregui V.

Luis Iregui V.

Soy un adicto a la tecnología. Lo acepto y lo celebro. Como buen adicto, tengo toda una historia detrás de mi condición. Comencé con una obsesión por los videojuegos que con los años se transformó en una pasión por todas las cosas relacionadas a la tecnología. Esta manía me ha llevado a mantener mi cuenta bancaria en ceros, siempre a la merced del último gadget, el último juego o el último celular. Intenté satisfacer mi adicción estudiando sistemas en Estados Unidos, pero no quedé convencido y terminé desubicado en Los Andes, graduado como abogado pero frustrado por no tener un futuro tecnológico claro por delante. Para mejorar mi situación, comencé una página dedicada el cubrimiento del mundo de los videojuegos (lapaginadejuegos.com), pero incluso eso no fue suficiente para satisfacer mi apetito digital. Después de muchas vueltas, llego a ENTER.co con el sueño de convertir este sitio en el lugar de referencia para los adictos latinoamericanos como yo, que jamás están satisfechos y viven al borde de sus sillas, pendientes de todo lo que ocurre en el maravilloso mundo de la tecnología.

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