Según expertos en seguridad, número de personas que siguen las cuentas de Hamas es preocupante. Esto no significa que todos los seguidores sean partidarios, incluyendo periodistas e investigadores. Sin embargo, redes sociales como Telegram pueden ser una herramienta de propaganda eficaz del terrorismo e imágenes violentas.
En entrevista para CNN, el experto en seguridad Brian Fishman, ex director de Contraterrorismo, Organizaciones Peligrosas, Política de Contenidos de Facebook; afirmó que “es realmente preocupante cuando un grupo puede hacer llegar su mensaje a una gama más amplia de personas. Y algunas de esas personas serán multiplicadores de fuerza porque tomarán ese material y lo publicarán en otras plataformas. Ese es realmente el modelo que vimos con ISIS”.
Cabe notar que Hamas ha aumentado ostensiblemente su número de seguidores aplicación de mensajería Telegram desde su ataque terrorista del 7 de octubre contra Israel y sus ciudadanos.
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La cuenta de Brigadas al-Qassam, el brazo armado del movimiento Hamas, ha triplicado su número de seguidores, y ha multiplicado por diez el número de visualizaciones de vídeos y otros contenidos, en su mayoría violentos. Recordemos que las nuevas leyes de Internet en la Unión Europea rezan que las grandes plataformas de redes sociales pueden enfrentar sanciones por albergar contenido terrorista.
Meta y Google bloquean las cuentas de Hamas, pero Telegram ha decidido permitir que el grupo siga utilizando su servicio. X, anteriormente Twitter, dice que también prohíbe a Hamas y ha eliminado “cientos” de “cuentas afiliadas a Hamás”. Sin embargo, la semana pasada la Unión Europea anunció que abriría una investigación contra X por desinformación y contenido ilegal sobre el conflicto.
Entre tanto, la creciente audiencia de Hamas en Telegram, que tenía alrededor de 200 mil seguidores, se ha triplicado; según un análisis del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council. Las publicaciones del canal eran vistas en promedio unas 25 mil veces; ahora son vistas más de 300 mil veces.
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Los mensajes de vídeo de un portavoz, difundidos por otro canal de Hamas, tenían alrededor de 166 mil seguidores antes del 7 de octubre; ahora tiene más de 414 mil seguidores, según Memética, una empresa de análisis de amenazas.
La popularidad de Telegram en Estados Unidos comenzó a crecer después del ataque del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos, cuando destacados vendedores de teorías de conspiración electoral comenzaron a utilizar la plataforma después de que fueron expulsados de sitios como Facebook y Twitter. Unos 800 millones de personas utilizan Telegram en todo el mundo.
El experto Brian Fishman explica que no significa que todos los seguidores de estas cuentas sean partidarios, señalando que muchos son periodistas e investigadores. No obstante alerta sobre el peligro propagandístico de la permisividad de Telegram.
Por su parte, el fundador de Telegram, Pavel Durov, justificó el no bloquear al grupo terroristas: “A principios de esta semana, Hamas utilizó Telegram para advertir a los civiles de Ashkelon que abandonaran la zona antes de sus ataques con misiles. Cerrar su canal ayudaría a salvar vidas o pondría en peligro más vidas?”
Durov argumentó que Telegram es diferente a otras plataformas porque no utiliza algoritmos para promover contenido y que los canales de Hamas Telegram “sirven como una fuente única de información de primera mano para investigadores, periodistas y verificadores de datos”.
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Según John Bergmayer, un abogado especializado en plataformas entrevistado por CNN, las plataformas de Internet tienen un amplio margen de maniobra en Estados Unidos para moderar lo que aparece en sus plataformas, y ese derecho está protegido legalmente tanto por la Primera Enmienda como por la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, la ley federal que ha sido ampliamente criticada por los republicanos.
En conclusión, la Sección 230 beneficiaría a plataformas como Telegram al permitirles afirmar que las decisiones de alojar o eliminar contenido terrorista no pueden ser cuestionadas en los tribunales estadounidenses. Y eso podría hacer que sea más difícil para los demandantes utilizar acciones legales para obligar a Telegram a eliminar el contenido de Hamas.
Imagen: Mohammad Bash
