El consumo de contenido en redes sociales ha cambiado drásticamente en los últimos años. En Colombia, el reciente estudio Sneak Peak Influencers 2024 de Ipsos revela datos importantes sobre cómo las audiencias están interactuando con influenciadores, creadores de contenido y celebridades. Este fenómeno, que ha pasado de ser una curiosidad a un componente central del marketing digital, tiene tanto ventajas como peligros inherentes que vale la pena explorar.
En Colombia, la gastronomía, los viajes y la tecnología dominan como las categorías más consumidas en redes sociales, con porcentajes del 62%, 54% y 50%, respectivamente. Este interés se ve influenciado por factores demográficos y de género: mientras las mujeres tienden a inclinarse más hacia contenidos de gastronomía y entretenimiento, los hombres prefieren tecnología y videojuegos.
En las generaciones más jóvenes, de 18 a 25 años, los temas como streaming y gaming sobresalen, mientras que los adultos mayores de 46 años optan por gastronomía y productos esenciales.
Las plataformas también juegan un papel crucial en esta ecuación. TikTok, con su formato dinámico de videos cortos, es la favorita de los jóvenes entre 18 y 35 años, mientras que Instagram y YouTube mantienen una fuerte presencia en segmentos más amplios. Sin embargo, WhatsApp, aunque tradicionalmente no se considera una red social, destaca como un amplificador de contenido, con la mitad de los usuarios dedicándole más de cuatro horas al día.
¿Es confiable el contenido que consumimos?
Una de las mayores preguntas que surgen al analizar el impacto de los creadores de contenido es la credibilidad. Según el estudio, 4 de cada 10 colombianos consideran que los influenciadores generan una credibilidad media, mientras que 5 de cada 10 se sienten motivados a comprar los productos que ellos recomiendan.
Este nivel de confianza varía dependiendo del tipo de producto: las categorías tangibles como alimentos y productos de la canasta básica suelen generar mayor credibilidad, mientras que los elementos aspiracionales tienden a ser más cuestionados.
Esto pone en evidencia uno de los principales riesgos del consumo masivo de contenido: el impacto de las recomendaciones poco informadas. En un entorno donde las decisiones de compra pueden estar fuertemente influenciadas por opiniones de terceros, los usuarios corren el peligro de adquirir productos o servicios que no cumplan con sus expectativas. Además, hay ejemplos documentados donde la información errónea o las promociones engañosas han generado problemas para los consumidores.
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Sin embargo, también hay aspectos positivos en este ecosistema digital. Los creadores de contenido y los influenciadores tienen la capacidad de educar, informar y hasta empoderar a sus audiencias. Por ejemplo, un influencer especializado en tecnología puede facilitar la comprensión de productos complejos, mientras que aquellos enfocados en temas de bienestar pueden motivar hábitos más saludables. El desafío radica en garantizar que estas recomendaciones sean responsables y estén basadas en evidencia.
Por otro lado, las marcas encuentran en los creadores de contenido un canal efectivo para conectar de manera genuina con sus audiencias. Las plataformas digitales permiten segmentar y personalizar los mensajes, logrando que los consumidores se sientan identificados y escuchados.
El crecimiento del consumo de contenido digital en Colombia refleja una maduración de las audiencias, que ahora buscan material que las entretenga, eduque o inspire. Sin embargo, esta evolución viene acompañada de una mayor exigencia hacia los creadores de contenido y las marcas. Según Constanza Segura, directora de estudios de comunicación de Ipsos Colombia, las nuevas dinámicas de consumo presentan un reto claro: generar confianza y autenticidad en un entorno saturado de información.
Imagen: Generada con IA/Gemini