Latinoamérica, tradicionalmente, no ha sido uno de los mercados más importantes para las empresas de tecnología. Todavía estamos detrás de regiones más poderosas como Norteamérica, Asia y Europa. Sin embargo, en redes sociales, esto puede cambiar, o por lo menos igualarse. El martes, Twitter anunció que ya puso en marcha la venta de servicios publicitarios en Latinoamérica a través de una alianza con Internet Media Services (IMS), una firma de mercadotecnia digital.
“Latinoamérica es una mercado emergente, donde queremos expandirnos en sociedad con IMS”, dijo Ali Jafari, director de Operaciones de Venta de Twitter a la agencia Efe. Según un estudio de comScore, Latinoamérica es la región con más rápido crecimiento en 2011. “En la mayoría de sus países [de Latinoamérica], el 90% de los usuarios de Internet frecuentan las redes sociales, lo que ubica a cinco de ellos dentro de los mercados más vinculados con el uso de estos sitios Web a nivel mundial”, aseguró un comunicado de prensa de la Cámara de Comercio Colombo Americana.
“ComScore revela que entre 2011 y 2012 el uso de redes sociales en Colombia se incrementó en un 15%. Estos 1,9 millones de nuevos usuarios entraron a engrosar el 96% de la población online del país que está en permanente contacto con empresas y negocios a través de las redes sociales”, continuó el comunicado.
Ali Jafiri aseguró que Twitter tiene planes para abrir una oficina en Sao Paulo, desde donde se va a coordinar todo el esfuerzo para fortalecer la presencia de la red social en la región. En este momento, Latinoamérica representa el 16% del tráfico de Twitter y con el acelerado crecimiento, se espera que ese porcentaje aumente significativamente.
Por su parte, Gastón Taratuta, director ejecutivo de ISM, dijo que “el negocio publicitario tiene mucho margen por crecer en la región, ya que, mientras en Estados Unidos la inversión publicitaria representa el 1% del PIB, en Latinoamérica esta proporción es del 0,5%”.
ComScore asegura que hay 27 millones de cuentas de Twitter en Latinoamérica, aunque faltaría revisar cuántas de estas son ‘falsas’.