Algunas personas, cuando están de vacaciones, también toman un descanso de sus actividades físicas para dedicarse al turismo o a acostarse en la playa y tomar el sol por horas, sin preocuparse de nada. Aunque podría pensarse que, por hacer ejercicio constantemente, tomarse una pausa no hará daño, dos estudios publicados recientemente dicen los contrario.
Hacer ejercicio tiene un sinfín de beneficios para nuestra salud y nuestro cuerpo. Uno de ellos es que la contracción de los músculos quema azúcar de la sangre y, como respuesta a las señales enviadas por la hormona insulina, guarda algo de esa azúcar para usarla en el futuro. Lo anterior evita sufrir de hiperglucemia, de diabetes tipo dos y de resistencia a la insulina, explica un artículo de The New York Times.
¿Qué causa hacer una pausa en el ejercicio?
En estudios anteriores a los recientemente conocidos les pidieron a estudiantes universitarios que se quedaran acostados o sentados, realizando la menor actividad física posible, por varios días. Al cabo de un tiempo, muchos de ellos demostraron haber elevado los niveles de azúcar en la sangre y tuvieron los primeros síntomas de resistencia a la insulina.
Sin embargo, dos o tres días después de regresar a su rutina de ejercicios, su metabolismo se empezaba a estabilizar y los daños causados por la falta de actividad comenzaban a disminuir. Pero no todos somos universitarios, por lo que decidieron hacer nuevas investigaciones en personas de mayor edad o menos saludables que un joven estudiante.
Investigadores de la Universidad de Liverpool y de otras instituciones les pidieron a 45 hombres y mujeres adultos, que caminaban diariamente más de 10 mil pasos, que se mantuvieran sentados por más de tres horas y media durante dos semanas, por lo que redujeron la cantidad de pasos a menos de 2 mil. Luego de medir su metabolismo, les pidieron volver a su rutina de ejercicios normal por dos semanas y les realizaron pruebas de nuevo.
Al final, el estudio, cuyos resultados se pueden leer en la página del Centro Nacional para la Información Biotecnológica, mostró que el nivel de azúcar en la sangre y de colesterol de estas personas había incrementado, la sensibilidad a la insulina había bajado, habían perdido masa muscular y les comenzó a crecer ‘barriguita’. Sin embargo, cuando volvieron completamente a su actividad física normal, los síntomas se revirtieron.
En personas mayores, los daños son peores
En el segundo estudio, publicado en ‘The Journals of Gerontology’, en julio, les pidieron a personas mayores de 65 años, con riesgo de sufrir de diabetes, pero que caminaban entre 7.ooo y 8.000 pasos diarios, que dejaran de ejercitarse y caminaran menos de 1.000 pasos al día durante dos semanas, al cabo de las cuales deberían retornar a sus actividades.
Los resultados fueron parecidos al anterior estudio: incrementaron los niveles de azúcar en su sangre y de resistencia a la insulina, comenzaron a perder masa muscular y a engordar. A algunos de ellos los tuvieron que sacar del estudio porque estaban desarrollando diabetes tipo 2.
En este caso, al contrario del anterior, las personas no mostraban mejoras en su metabolismo luego de volver a su rutina por dos semanas. Lo que se puede concluir es que una pausa en las actividades físicas nos puede impactar físicamente de forma negativa y las consecuencias son peores a mayor edad, según explicó Chris Mcglory, investigador en la ‘McMaster University’, en Canadá, y líder del segundo estudio, a The New York Times. Por tanto, no hay que dejar nuestra rutina de ejercicios en ningún momento.
Imágenes: Free-Photos, Skeeze, Composita y Jeshootscom (Vía: Pixabay).
Gracias por el artículo, bastante completo.
Lo que nos falta a muchos no es no dejar el ejercicio… es tomarlo, el sedentarismo es tremendo. Inspiración es lo que falta!
Muy buen tema.