Saldo positivo para el banco de tejidos multipropósito pionero en Colombia

Tiene siete años de vida, pero a pesar del impacto positivo que ha generado y del reconocimiento en ciertos ámbitos científicos, académicos y el Banco de Tejidos Multipropósito del Hospital Universitario de San Vicente Fundación aún es una especie de tesoro oculto.

El hospital es, desde los años 70, pionero y el más avanzado en trasplante de órganos como riñón e hígado en Latinoamérica, y ayudó a crear una cultura de donación de órganos en la región. Por ello, y ante la necesidad de tejidos, surgió la idea de aprovechar las donaciones y ayudar a distintos tipos de pacientes, en particular los quemados.

Así, hacia 2005 creó el primer banco de tejidos multipropósito  del país , que hoy sigue siendo referente en la región en actividades de extracción, procesamiento, preservación, almacenamiento y distribución de tejidos como , tejidos osteomusculares (hueso y tendones)  y piel.

Para ofrecer la mayor calidad de los tejidos y evitar su contaminación, el Banco de Tejidos cumple estrictos protocolos y una cadena de frío y esterilidad similar a los de una sala de cirugía, de tal manera que los tejidos osteomusculares  pueden durar hasta cinco años y la piel, hasta dos años.

Aunque la infraestructura del banco no exige equipos de alta tecnología informática, sí cuenta con todo lo necesario para cumplir con su misión: cabinas de bioseguridad, un molino de hueso motorizado con tecnología creada en el Hospital, un expansor de piel, un baño ultrasónico y un sistema automático de monitoreo de temperatura para conservar la cadena de frío, congeladores y neveras, y software especializado para la gestión de la información.

La institución es la única  de la ciudad de Medellín que implanta piel, , lo que no solo prueba el nivel del banco ante las altas exigencias de este tejido, sino que marca unos grandes beneficios para quienes sufren graves quemaduras en la región antioqueña y en Colombia.

¿Quiénes se benefician de estos tejidos?

El doctor Carlos Arturo Vallejo, jefe del Banco de Tejidos, destaca que los beneficiarios son pacientes con traumas y fracturas severas, por violencia o accidentes de tránsito; pacientes con tumores que destruyen los huesos, y pacientes con quemaduras. “Lo más bonito de esto es que ese hueso se acopla como si fuera una estructura del paciente, así que la propiedad de rechazo es mínima”, señala.

En quemados los beneficios son aún más impactantes. El tratamiento normal de un quemado consiste en que se le saca piel de una parte del cuerpo para tratar el área afectada, pero hay pacientes con quemaduras tan extensas que no hay de dónde tomar piel, y se someten a , largas estancias, extensas sesiones de tratamiento de esos tejidos dañados. Son tratamientos tortuosos, con curaciones muy grandes y con riesgos de infección altos. De hecho, muchos de estos pacientes con extensas quemaduras,  grado 3 y que cubren un 70% u 80% del cuerpo, mueren de falla multisistémica o de infección.

“Entonces, con el Banco de Tejidos, contamos con piel para tratar estos pacientes. Y esta piel se les pone como un vendaje, como un apósito, y hace algo maravilloso: ya el organismo no pierde proteínas ni líquidos, y hace su curación propia, crea su propia piel, y los períodos de estancia se reducen al mínimo. La piel que se ha puesto sobre las quemaduras se cae a los pocos días, pero deja en los pacientes su huella, representada en la rápida curación, en piel propia recuperada y en riesgos mínimos para la vida”, comenta el doctor Vallejo.

Una cultura de donación.

En Antioquia ya hay una cultura de donación de órganos consolidada de varias décadas, gracias en parte al trabajo del Hospital Universitario de San Vicente Fundación, y a entidades como el Instituto Nacional de Salud, como cabeza de la red de transplantes y órganos, que hace un buen trabajo para la promoción de la donación.

Sin embargo, iniciar el Banco de Tejidos no fue fácil: entre 2005 y 2007 se debió impulsar la idea de que no solo había que donar riñones, hígados y otros órganos, sino que se podía donar , tejidos osteomusculares  y piel.

En 2008 despegaron las donaciones  y tejidos osteomusculares , lo cual ayudó a muchos pacientes de la región, pero aún había mucha prevención por donar la piel, pues se temía que al morir, las personas quedarían desfiguradas. “Debimos enseñar que la piel útil se toma de áreas no expuestas s del cuerpo y no del rostro, y que la estética del paciente no se vería afectada. Poco a poco nuestro mensaje llegó a los donantes y en 2011 se ‘disparó’ la donación de piel, al punto que hoy el número de donaciones es similar a las de hueso”, resalta el doctor Vallejo, quien agrega que esto es un logro no solo de su banco sino de los promotores de donación de órganos y tejidos en la región.

La oferta apenas cubre la demanda.

Pese a la cultura de donación –ahora extendida a la piel–, por ahora el Banco de Tejidos solo logra cubrir la demanda interna de hueso, tejidos osteomusculares  y piel del Hospital Universitario de San Vicente Fundación. Se proyecta seguir creciendo en la donación para poder ofrecer más tejidos a hospitales de Medellín, el país e incluso otros países, pero antes que convertirse en una institución ‘exportadora’ de tejidos, el banco quiere aportar en la expansión de esta cultura de donación y en la creación de nuevos centros capaces de recolectar y almacenar estos tejidos, por lo que ya está asesorando a otras instituciones para que sigan sus pasos.