Los incómodos granitos de acné son esa forma que tiene la naturaleza para hacernos bullying, sobre todo cuando aparecen en los momentos más oportunos: antes de salir a una esperada cita con esa persona que tanto te gusta, justo cuando debes tomarte la foto de la cédula o preciso el día de esa importantísima entrevista laboral.Pero los mayores problemas los causa en la adolescencia, especialmente en los jóvenes que terminan con la cara cubierta de acné, lo que no es necesariamente un problema que afecte la salud física, pero sí la mental, ya que baja el autoestima.Es por eso que todos quisiéramos una cura efectiva para este problema cosmético, más allá de los remedios caseros, las cremas milagrosas, los jabones y otros tantos remedios que no parecen hacer mucho por nuestra piel y que en algunos casos incluso tienen efectos secundarios.
Los científicos al rescate de nuestra autoestima
Menos mal en este mundo todavía existen los héroes sin capa, como Chung-Ming Huang y su equipo, del departamento de Dermatología de la Universidad de California, en Estados Unidos, que están trabajando para desarrollar una vacuna que ayude a controlar a la bacteria Cultiberius Acnes, ese monstruo invisible que causa el acné y nos complica tanto la vida.El bien comienza a sacar ventaja en esta lucha, ya que las primeras pruebas hechas por el equipo de investigadores dio buenos resultados. Ellos habían notado que la bacteria secreta una toxina llamada Christie-Atkins-Munch-Petersen, a la que llaman factor CAMP, que causa la inflamación en los granitos, como se puede leer en el artículo de la investigación, publicado en Journal of Investigative Dermatology.Basados en esa información, los expertos mutaron e inyectaron factor CAMP en una de las orejas de un grupo de ratones de laboratorio para causarles acné. Luego, les inyectaron una mutación del factor CAMP para crear anticuerpos y notaron que esto reducía la inflamación y, por tanto, el crecimiento del acné.Aunque esta es la base de la vacuna, convertir los anticuerpos en una vacuna que pueda ser usada en humanos no es una tarea fácil, porque podría generar efectos secundarios. Pero este es un principio y hay esperanzas para que los adolescentes del futuro no sufran por el acné.