En la industria de los videojuegos, un espacio tradicionalmente dominado por hombres, las mujeres están logrando una presencia cada vez más notable. Sin embargo, este aumento en participación no viene sin desafíos, especialmente en lo que respecta al bullying y acoso en línea. Un estudio de Frontier ha demostrado que el 82% de las jugadoras en Estados Unidos han sufrido bullying mientras juegan, simplemente por su género.La interacción en el mundo de los videojuegos, que debería ser una fuente de entretenimiento y escape, se convierte para muchas mujeres en una arena de hostilidad. Datos adicionales de un estudio realizado en México por Nivea y LDM indican que casi la mitad de las jugadoras experimentan comentarios machistas de forma regular. Esta situación no es exclusiva de un país; es un fenómeno global que afecta a las comunidades de gamers femeninas en todo el mundo.A pesar de estos obstáculos, las mujeres han comenzado a reclamar su espacio en este ámbito. Según la misma investigación de Frontier, tres de cada cuatro mujeres sienten que la cultura del juego ha evolucionado hacia una mayor inclusión desde que comenzaron a jugar. Este cambio es crucial, ya que el 52% de las jugadoras en Colombia participan en videojuegos con frecuencia, destacando la importancia de un ambiente respetuoso para su constante crecimiento en la industria.
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En respuesta a esta problemática, diferentes organizaciones y marcas están tomando cartas en el asunto para transformar la comunidad de juegos en un entorno seguro para todos. Un ejemplo de ello es la campaña “Bullying por Loving” de Nosotras, presentada durante el evento Warner Play Experience en Bogotá. Esta iniciativa busca empoderar a los jugadores y fomentar un cambio cultural que destierre el acoso y promueva la inclusión.La presencia activa de estas iniciativas es un paso crucial hacia la creación de una comunidad de juego donde las mujeres puedan participar de manera equitativa y segura. A medida que la industria continúa evolucionando, la colaboración de todos los actores será esencial para asegurar que el juego sea un espacio de inclusión y respeto mutuo. Con esfuerzos coordinados y un compromiso continuo, el futuro del juego puede ser brillante y acogedor para todos los jugadores, sin importar su género.imagen: RDNE Stock project
