Los controles de las consolas de videojuegos de han convertido en accesorios a los que se les presta gran atención. No es raro que los lanzamientos de algunos de los juegos más relevantes del año vengan acompañados de un control y una consola de edición especial. Además, los usuarios tienen diversas opciones de personalización a través de carcasas y protectores especiales con los que les pueden dar un toque único a sus mandos.
Una de las alternativas de personalización para un control de videojuegos es el Xbox Desing Lab, un servicio de Xbox lanzado hace algo más de un año y que permite modificar casi cualquier parte de un mando. En el sitio web, el usuario puede elegir el color del frente del control, la parte trasera, los gatillos, los botones y los joystocks. También es posible personalizar la textura de algunas partes del control para mejorar el agarre.
El sitio web tiene además una base de datos con miles de diseños a partir de los cuales el usuario puede personalizar su control. Recientemente, el servicio añadió nuevos colores metalizados, los cuales se pueden agregar a los gatillos y algunos de los botones de los controles.
También te puede interesar: Las claves para reconstruir el imperio de ‘Age of Empires’
La personalización permite incluso marcar el control con un nombre, gamertag o la palabra que el jugador prefiera. Tras terminar el diseño, el usuario puede pagar el control y recibirlo por correo. Lastimosamente, el Xbox Design Lab no está disponible en Colombia, por lo que quien quiera adquirir uno necesitará enviarlo a Estados Unidos o Europa para que desde allí sea enviado al país.
Probamos cómo funciona el Xbox Desing Lab y creamos nuestro control:
Con una personalización básica, el control puede costar cerca de 79,99 dólares (cerca de 230.000 pesos), precio que se incrementa en la medida en la que se agreguen elementos como el nombre en la parte delantera o cauchos para mejorar el agarre.
¿Cuánto pagarían por un control ‘hecho a la medida’?
Imagen: captura de pantalla, Microsoft
Me había llegado a emocionar, pensando que lo habían habilitado para Colombia, pero no. Me he sentido decepcionado.