El amor a los Trading Card Games: estrategia y colección

Comienza el duelo, cada jugador saca sus cartas y comienza una emocionante pelea de mentes que deben descifrar rápidamente la estrategia de su oponente mientras identifica las opciones de cada criatura, trampa, artefacto y encanto que aparece. Además, el corazón está palpitando constantemente, mientras el jugador espera a que su baraja le lance esa carta ganadora. Pero eso ya dependerá de la suerte.

Los trading card games (TCG) es un género que nace y se expande desde los noventa. Desde entonces, muchas compañías han intentado popularizar sus propias colecciones, algunas con mucho más éxito que otras.

Pero ya llegaremos a la historia.

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Mi primer acercamiento a los TCG fue en la Librería Francesa. Acompañaba a un amigo a un torneo de ‘MTG’ y no tenía mucho que hacer. Me impresionaba ver a tantas personas reunidas en esas mesas luciendo sus cartas, comprando pepitas como tokens, buscando cobertores y mostrando sus fólderes de intercambio para vender o conseguir la criatura que completa la baraja de un maestro. Por esa misma época Yu-Gi-Oh! y el TCG de Pokémon tuvieron su auge. Y a mi solo me interesaban por sus dibujitos.

Ese es el comienzo de muchos de los jugadores. El diseño de las cartas tienen un propósito coleccionable, y a primera vista queremos tener las mejores ilustraciones y las cartas brillantes que las vuelven tan raras.

En mi aburrimiento decidí sentarme al lado de mi amigo, quien me dio unas cartas que le sobraban y me dijo que jugar no era tan difícil. Me senté con él un rato, me explicó lo básico, luego me paré y hablé con otras personas; poco a poco me iban dando algunas cartas que les sobraban y tras una media hora terminé con 90 cartas básicas para tener una baraja más balanceada. Claro, al ser cartas de sobra solo aprendí a jugar, pero estaba lejos de poder ganar.

La verdadera magia en los TCG es la estrategia

Pero esa experiencia fue grata y nació la necesidad de crear mi propia baraja y estrategia para –por lo menos– derrotar a mi amigo que llevaba tanto tiempo metido en el cuento.

Poco a poco conocí la verdadera magia de los TCG: la estrategia.

Además de coleccionar e intercambiar cartas raras, había que entender las habilidades de cada una de ellas, analizar la relación entre ellas y aprender a controlar el balance entre tierras, criaturas, magias, artefactos y encantamientos. Una vez dentro del juego, quería entender cuál era mi fuerte y cómo debía utilizar mis cartas de acuerdo a lo que mi oponente podría tener en su mano.

Y esa es la base de lo que ofrecen los TCG. Son cartas con habilidades que queremos coleccionar por gusto estético, o porque nuestra estrategia requiere que hagan parte de nuestras barajas. Mientras tanto, los jugadores deben generar su propia estrategia con enfoques en ataque, control, cantidad o vida.

El ABC del TCG

Los TCG se componen de tres elementos principales: las cartas (duh), un set de reglas que definen cómo se juega y un universo que define y le da una ‘historia’ a ese juego. Por este último elemento es que verán que hay muchas cartas que hacen lo mismo en todos los juegos, pero se llaman distinto y se refieren a la misma acción con distintos términos. Las reglas son independientes de cada juego, aunque la mayoría concluye el ganador deje sin puntos de vida al oponente.

Ahora, las cartas tienen tendencias que se encuentran en casi todos los TCG:

Recursos: los recursos se presentan en la mayoría de juegos como las cartas que permiten darle un valor a las demás cartas. Básicamente, entre más recursos, el jugador debería poder sacar o usar más cantidad de cartas o cartas más poderosas, o con habilidades que más ventajosas.

Criaturas: los TCG suelen mostrar la lucha entre dos oponentes que controlan un ejercito de monstruos, soldados, ángeles o criatura mítica que quieran. Este ejercito es representado por cartas que suelen tener un ataque y una defensa, además de tener la posibilidad de adquirir habilidades especiales.

Encantamientos: esto viene mucho de los juegos de rol, en los cuales la magia tiene la posibilidad de mejorar aspectos de un personaje. Estas cartas le permiten a los jugadores que ellos o sus criaturas tengan ventajas por su tipo, color o variables como su relación con el campo de juego.

Acciones inmediatas: esto se puede considerar como trampas estratégicas. Este tipo de cartas suelen usarse como magias que no quedan permanentemente en el campo (a diferencia de los encantamientos). Con ellas se suele tener barajas de control, donde los jugadores no permiten que el oponente saque cartas, destruyen otras o permiten que uno pueda recuperar cartas desde el cementerio (las cartas que ya fueron utilizadas en la partida).

Locación: En algunos juegos, estas cartas sirven para determinar el campo de juego. Algunas criaturas solo pueden jugarse en campos de batalla específicos o ciertos encantamientos no tienen función en ellas.

De ahí en adelante, el balance de las cartas definirá el tipo de jugador que es. Alguien con muchas criaturas estará más enfocado en el ataque, mientras que alguien que utiliza más encantamientos o acciones inmediatas puede identificarse más como un jugador de control.

Y, ¿de dónde sale todo esto?

El concepto de cartas coleccionables existe hace cientos de años. El mejor ejemplo son las cartas de Hanafuda utilizadas para las apuestas en Japón a mediados de 1500. En occidente también se utilizó mucho que las cajas de tabaco tuvieran cartas coleccionables para que le dieran forma y rigidez al empaque. Y parte del inicio de los TCG fue su valor coleccionable, como mencioné antes. Pero el género de trading card games (bajo la definición que dimos antes) llegó en 1993 con ‘Magic: The Gathering’.

El juego de Wizards of the Coast (fabricantes de ‘Magic’) fue una revolución del género que atrajo a los jugadores por el valor coleccionable de las cartas y por la estructura estratégica del juego. Su popularidad atrajo a otros a seguir el modelo, pero casi ninguno tuvo éxito. Sin embargo, algunos han sobrevivido: el TCG de ‘Pokémon’ que nació en 1996 y el de ‘Yu-Gi-Oh!’ que apareció en 1999. Los jugadores veían el valor en la posibilidad de generar comunidades especificas de cada juego, impulsando el crecimiento de las franquicias.

Los primeros intentos de TCG digitales fracasaron por no involucrar una comunidad

Con la era tecnológica, Wizards of the Coast intentó involucrarse en versiones de ‘Magic’ para PC, mientras que ‘Pokémon’ y ‘Yu-Gi-Oh!’ buscaron el mismo camino en las consolas portátiles de Nintendo. Sin embargo, lo que había para ofrecer era solo una aventura contra el computador, y el enganche de los jugadores era muy débil por carecer de la comunidad que impulsa al jugador a participar en torneos y cambiar y coleccionar cartas. Algunas soluciones piratas salían de esta necesidad, pero finalmente nada despegó.

Ahora, con las nuevas facilidades tecnológicas y la infraestructura que las soporta, los TCG volvieron a despegar. Uno de los ejemplos más notables es ‘HEX’, el TCG digital financiado a través de Kickstarter, cuya estructura mantiene todos los elementos de un juego de cartas y le agrega el elemento que le faltó a los demás: una comunidad online. En una nota anterior publicada a punto del lanzamiento del juego, les contamos que la estructura es muy similar a la de ‘MTG’ con la gran diferencia que el publisher tiene en mente que toda la comunidad latinoamericana participe y puedan acceder a los torneos y premios desde la comodidad de su casa. Pueden conocer más sobre cómo funciona ‘HEX’ en esta nota.

Recuerda que puedes descargar y jugar ‘HEX’ de forma gratuita en este link.

Actualmente los TCG buscan la seguridad en la comunidad online, y poco a poco se han adaptado para no ser una aventura contra una máquina, e implementar los beneficios de interactuar con otros jugadores en línea.

¿Ustedes qué tipo de jugadores son? ¿Cuál es su TCG favorito?

Imágenes: HEX y Oliver Hallmann (via Flickr)