En defensa de ‘Minecraft’

Esta semana, por fin publicamos el orden definitivo de los mejores 25 videojuegos de la historia, que armaron ustedes los lectores. Tomó más tiempo del esperado y durante todo el proceso existió una queja constante: ‘Minecraft’. Parece que el popular título de Mojang es bastante impopular entre nuestros lectores. En el imaginario colectivo, uno diría que es el ISIS de los videojuegos.

Justificar su lugar en el listado por su éxito económico y popularidad sería un arma de doble filo. Por una parte demostramos que el juego tiene un extenso grupo de fanáticos y mueve millones de dólares. Por otra parte, estaríamos usando un argumento que puede estallarnos en la cara: ¿es argumento suficiente señalar la popularidad de un producto en pro de defender su calidad? No realmente. En ese sentido, las terribles secuelas de ‘Transformers’ serían buenas y los libros de ’50 Sombras de Grey’ serían excelente material literario, digno del premio Nobel.

Entonces, ¿qué hace ‘Minecraft’ uno de los mejores 25 videojuegos de la historia?

Ya sabemos de qué trata ‘Minecraft’: es un juego de mundo abierto a modo de ‘sandbox’, donde recolectas recursos, exploras, construyes y combates. Todo en un entorno de gráficas bastante simples, donde el mundo es básicamente la suma de millones de cubos. Ahora, la clave está en el término ‘sandbox’, que en este caso puedes tomar de la siguiente forma: el mundo a tu alrededor es tuyo para ser alterado a tu antojo.

‘Minecraft’ no es el único juego con ese sistema, pero sí es el único que contiene una mecánica tan avanzada, compleja, completa y con tanto potencial.

Puedes hacer una casa y defenderte de unos esqueletos. Eso está bien, es una posibilidad. Puedes, como en mi caso, juntarte con dos personas más y construir una casa/torre que se conecta con una montaña, mientras alguien crea una mina bajo la edificación. O puedes crear una calculadora científica o un celular que puede hacer videollamadas. Con el tiempo suficiente puedes tener King’s Landing o Minas Tirith.

Es cuestión de comunidad y potencial. Eso hace de Minecraft un título tan destacable y a la vez tan popular. El sistema de construcción tiene tantas variantes, que lo hace una máquina de posibilidades que sigue sorprendiendo.

Uno de los mejores título de 2015 fue ‘Super Mario Maker’ ¿La razón? Su comunidad y las posibilidades de la herramienta. Las mismas razones que hacen de ‘Minecraft’ lo que es hoy día. Pero sumen a eso la complejidad necesaria para crear calculadoras científicas, procesadores de texto y hasta un celular dentro del juego, solo usando bloques y materiales.

Sí un título te permite crear una casa de madera para defenderte de esqueletos y al mismo tiempo te da las herramientas para crear una calculadora científica, es simplemente porque es el ‘sandbox’ definitivo. Los materiales son tantos y las posibilidades de combinarlos tan numerosas, que es difícil no dejarse llevar por su complejidad.

Todos los problemas tienen docenas de caminos para solucionarse, el jugador tiene control total de su entorno para ello y por esto la exploración en el juego es tan divertida. De hecho el escenario es cambiante y todas las variables que se suman en cada terreno revitalizan el juego durante las largas partidas.

Dejen de lado el prejuicio de las gráficas. Vean el potencial de un videojuego que, ahora, es más que un videojuego. La creación de Mojang es una herramienta que se nutre de su misma comunidad y no deja de sorprender.

Finalmente un detalle: Puedes jugar ‘Minecraft’ en cualquier parte, tengas Xbox, PlayStation, Wii U, PC o un smartphone.

Aquí varias muestras del potencial de uno de los mejores 25 videojuegos de la historia:

Calculadora Científica

Procesador de texto

Celular con videollamadas

Disco duro

PDT: Si son jugadores de ‘Minecraft’ deben revisar ‘Story Mode’ de Telltale Games, la empresa desarrolladora siempre demuestra conocer las propiedades intelectuales que usa.

PDT 2: Recomendado jugar ‘Minecraft’ en cooperativo.

Imagen: Mojang.