Son múltiples las hipótesis que se tiene sobre los gamers: que son más agresivos, que son más propensos a la demencia, incluso, existe ya una clínica de rehabilitación para gamers. Ahora, un nuevo estudio revela que los niños que juegan videojuegos tienen mayor control de habilidades motoras y mejor desarrollo general de sus funciones cerebrales, respecto a los niños que no juegan.
Aunque el estudio no puede determinar con exactitud si los videojuegos son o no responsables de las diferencias entre los niños, los hallazgos se suman a un trabajo más amplio. En este último, se demuestra que los jugadores tienen un mejor rendimiento en algunas de las pruebas basadas en la función del cerebro. “Este estudio se suma a nuestra creciente comprensión de las asociaciones entre jugar videojuegos y el desarrollo del cerebro”, dijo Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, en un comunicado, según The Verge.
En todo caso, el nuevo estudio utilizó datos de un estudio anterior: Desarrollo Cognitivo del Cerebro Adolescente (ABCD por sus siglas en inglés). El lanzamiento de este último estudio fue en el 2018, desde entonces, se está rastreando el desarrollo cerebral de miles de niños en Estados Unidos a medida que estos crecen. Los participantes realizan una serie de evaluaciones cada cierto tiempo. En ellas se incluyen: tareas cognitivas, imágenes cerebrales, exámenes de salud mental, exámenes de salud física, entre otros.
Te puede interesar: En Reino Unido existe una clínica de rehabilitación para los adictos a videojuegos
El estudio dividió el grupo de participantes entre los niños que jugaban al menos 21 horas por semana y niños que no jugaban videojuegos durante la semana. Los niños que solo jugaban ocasionalmente no fueron incluidos en el estudio. Luego, el equipo de investigación hizo un análisis del desempeño de los niños en algunas pruebas que miden la atención, el control de impulsos y la memoria.
Los resultados demostraron que a los jugadores de videojuegos les fue mejor en las pruebas. Se encontraron diferencias en los patrones de actividad cerebral frente a los no jugadores, tales como una mayor actividad en algunas regiones del cerebro. Por ejemplo, presentaban mayor actividad en las zonas cerebrales involucradas con la atención y la memoria. En cuanto a la salud mental, no se presentaron mayores diferencias entre los jugadores y los no jugadores. Este último hallazgo derriba las preocupaciones sobre el bienestar emocional de los niños gamers.
Lo cierto es que este estudio se suma a una montaña de investigaciones que sugieren que los jugadores de videojuegos tienen ventaja en algunas funciones cerebrales frente a quienes no juegan. No obstante, aún no está claro porqué se presentan este tipo de diferencias. “Persisten grandes lagunas en nuestro conocimiento sobre este tema”, escribió Kirk Welker, neurorradiólogo de la Clínica Mayo, en un comentario que acompaña al estudio.
Imagen: Pexels