Esta semana Sony anunció que pronto incrementará el precio de sus consolas PlayStation 5 en diferentes partes del mundo, excluyendo a los Estados Unidos. El anuncio de inmediato despertó los temores de los fans de Xbox de que Microsoft tomara una decisión similar. Sin embargo, la compañía de manera pública ha hecho una promesa que calmará los bolsillos de la mayoría: por ahora no tiene la intención de incrementar el valor de sus consolas.
A través de un comunicado compartido con Windows Central, un vocero de Microsoft confirmó que en estos momentos no hay planes para incrementar el precio de la Xbox Series X o de la Xbox Series S (sus consolas de última generación).
“Evaluamos constantemente nuestro negocio para ofrecer a nuestros fanáticos excelentes opciones de juego. Nuestro precio minorista sugerido de Xbox Series S se mantiene en $ 299 dólares para la Xbox Series S, mientras que el de la Xbox Series X es de $ 499 dólares”.
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Sony justificó el incremento de la PlayStation 5 al asegurar que el estado de la economía actual, sumado a la inflación global los habían llevado a tomar la determinación de aumentar el MSRP de ambas versiones de la PS5. Diferentes analistas han llegado a la conclusión de que, aunque el argumento de Sony tiene sentido, la ruta que ha tomado la compañía tiene como objetivo el mantener el balance de ganancias de la empresa al mismo tiempo que pasa este costo adicional a los consumidores.
Las PS5 ya encabezaban la lista de consolas de última generación más costosas. Si a esto le sumamos el que ha sido un dolor de cabeza el conseguir una en los últimos dos años, el incremento en el precio no anticipa que muchos puedan dar el salto generacional pronto. Los escases de PS5 tuvo como origen la pandemia, unos escases de componentes y revendedores. Quién habría adivinado que la barrera final terminaría siendo el mismo precio propuesto por Sony.
Imágenes: Microsfoft
