El mercado de las consolas de videojuegos podría estar a punto de recibir un nuevo jugador. Rusia ha anunciado sus planes para desarrollar sus propias consolas de videojuegos, tanto fijas como portátiles. Este movimiento responde no solo a una necesidad tecnológica interna, sino también a las tensiones geopolíticas que han llevado al país a buscar mayor independencia en el ámbito tecnológico.
Dos propuestas: tecnología limitada y accesibilidad económica
Actualmente, se están desarrollando dos consolas con enfoques distintos. La primera es un dispositivo más potente equipado con el procesador Elbrus, diseñado por el Centro de Tecnologías SPARC de Moscú (MCST). Aunque estas CPU son útiles para aplicaciones empresariales y gubernamentales, su rendimiento está lejos de competir con los procesadores de Intel, AMD o las arquitecturas Arm que impulsan a las consolas de última generación como la PS5 o la Xbox Series, así que Sony y Xbox pueden estar tranquilas.
El sistema operativo de esta consola aún está en discusión, con Aurora y Alt Linux como las principales opciones. A pesar de sus limitaciones, la idea no es rivalizar directamente con las grandes marcas, sino crear una plataforma que promueva los videojuegos desarrollados en Rusia y fortalezca su industria local.
Por otro lado, la segunda propuesta es un dispositivo portátil de bajo costo desarrollado por MTS, una empresa de telecomunicaciones rusa. Este equipo, con un precio estimado de 45 dólares, se basa en la plataforma de juegos en la nube Fog Play, que permite a los usuarios alquilar potencia computacional para disfrutar de títulos más exigentes. Sin embargo, esta consola, acompañada de un controlador inspirado en el diseño de Xbox, está orientada a un público que prioriza la accesibilidad por encima de la experiencia premium.
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¿Por qué Rusia quiere su propia consola?
El desarrollo de una consola nacional responde a varias razones. Por un lado, el gobierno ruso busca reducir su dependencia de tecnologías extranjeras, una estrategia que se ha intensificado tras las sanciones impuestas en los últimos años. Por otro lado, la creación de una consola representa una oportunidad para impulsar la industria del videojuego local y ofrecer un producto que refleje la identidad cultural rusa.
Además, el país ve el mercado de videojuegos como un sector estratégico con un gran potencial económico. Según estimaciones recientes, la industria global de los videojuegos generó ingresos estimados en 187.700 millones de dólares en el 2024, y Rusia busca una porción de este pastel.
¿Cuándo podríamos verla en el mercado?
De acuerdo con declaraciones oficiales, el desarrollo de la consola aún está en sus primeras etapas. Aunque no se ha dado una fecha exacta de lanzamiento, se espera que los primeros prototipos estén listos para finales de 2025.
Por ahora, parece que estas consolas de Rusia estarán dirigidas principalmente al mercado interno, ofreciendo una alternativa accesible para los jugadores rusos y promoviendo el talento local. Aunque las PS5 y Xbox Series no tienen motivos para preocuparse, el proyecto ruso podría sentar las bases para futuros desarrollos tecnológicos más competitivos.
Imagen: Glenn Carstens-Peters
