El sonido es una onda que necesita propagarse por un medio, que generalmente es el aire. Partiendo de ese principio, para crear un dispositivo capaz de producir sonidos, se necesita de electricidad y de componentes que puedan vibrar. Con eso claro, tres ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se dieron a la tarea de diseñar y fabricar un parlante tan delgado como una hoja de papel y tan ligero como una moneda de 50 pesos colombianos.
De acuerdo al paper publicado por los investigadores, el nuevo parlante buscó simplificar al máximo el sistema con el que funcionan los altavoces típicos, y que requiere de entradas de corriente eléctrica, de cables y de un campo magnético que pueda mover la membrana del parlante moviendo aire sobre él para finalmente producir sonidos.
Como respuesta, Vladimir Bulović, Jinchi Han y Jeffrey Lang, diseñaron un sistema que únicamente usa una película delgada de un material piezoeléctrico que genera energía cuando se aplica voltaje sobre él, para poder mover el aire sobre él y generar sonido.
Este dispositivo, que consume solo una fracción de energía comparada a la que requiere un equipo tradicional y que no solo podría usarse para tapizar un cuarto entero sin necesidad de cableado, sino como una ayuda sonora para alertar a algún transeúnte distraído, emite audio de alta calidad y con una distorsión mínima. Su tamaño mide lo mismo que una mano y su sonido es el mismo sin importar la superficie en la que se adhiera.
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Este no es el primer parlante ultradelgado que se diseña. En el 2017 otros investigadores, pero de la Universidad Estatal de Michingan fabricaron uno similar. La diferencia entre este último y otros altavoces ligeros con el que acaban de construir en el MIT es que mientras aquellos deben doblarse ligeramente para producir sonido necesariamente, este no. Lo que le da la gran ventaja de poder instalarse sobre cualquier superficie plana y aún ser funcional.
Lo anterior es posible, debido a que no todo el material del altavoz vibra. Por el contrario, su diseño cuenta con pequeñas cúpulas que descansan sobre la película que vibra individualmente. Estas cúpulas, que contienen una especie de cables del grosor de un cabello, están rodeadas por capas espaciadoras en la parte superior e inferior de la película que las protegen de la superficie de montaje y al mismo tiempo les permiten vibrar libremente.
Si bien este parlante puede tener múltiples usos prácticos, los ingenieros han asegurado que por ahora no han contemplado la opción de comercializar el dispositivo. No obstante, es un buen precedente para que otras compañías puedan tomarlo de referente sostenible a la hora de diseñar sistemas de audio eficientes.
Imágenes: News MIT