Una de las tantas formas con la que los pueblos indígenas han logrado preservar sus tradiciones es manteniéndose entre la selva, pues gran parte de sus culturas está ligada a la tierra. Esto a su vez, ha sido un obstáculo para ellos, pues al estar en zonas remotas, el acceso a las nuevas tecnologías de la información ha sido casi nulo, dificultando la comunicación con “el mundo exterior”. Pero, ¿qué pasa si el internet, como lo conocemos hoy, llega de golpe a los pueblos indígenas? The New York Times compartió una investigación realizada por Jack Nicas y Victor Moriyama, quienes visitaron el pueblo marubo, donde tienen acceso a internet desde el año pasado. Con unos 2000 miembros, los marubo viven a lo largo del río Ituí, en medio de la selva amazónica, y aún conservan su propia lengua para comunicarse. Pocos miembros de los marubo contaban con un celular hasta principios del 2023, pues la conexión a internet no llegaba hasta las aldeas. Pero cuando Elon Musk anunció el lanzamiento de las conexiones a internet satelital de Starlink, Enoque marubo, líder de los marubo y Flora Dutra, activista brasilera, se dedicaron a buscar apoyo para llevar las antenas de Starlink a las aldeas. Finalmente, el internet de alta velocidad de Starlink llegó a los marubo, gracias a una benefactora estadounidense. Desde entonces, los miembros de la comunidad han tenido acceso a internet, algo que ha traído beneficios y perjuicios según los mismos indígenas marubo. Por un lado, el tener acceso a internet de alta velocidad, ha permitido que las emergencias se atiendan con mayor rapidez. “La mordida de una serpiente venenosa puede requerir un rescate veloz en helicóptero”, comentó Enoque. Antes de que el internet de Musk llegara, los marubo se comunicaban a través de radios; entre las varias aldeas se enviaba el mensaje de la emergencia, hasta llegar a las autoridades, algo que podía tardar un buen tiempo. Ahora, con las antenas Starlink, la comunicación es instantánea. Así mismo, los marubo pueden comunicarse entre las aldeas e informar sobre la destrucción ambiental, por ejemplo. Los maestros también han podido empezar a enviar las lecciones a estudiantes de otras comunidades a las que se demoran días en llegar. Y todos han podido estar “más cerca” de sus familias con el internet satelital.Sin embargo, la conexión a internet también empezó a generar cambios en la rutina de los marubo. “En la aldea, si no cazas, pescas o plantas, no comes”, comentó Enoque a The NYT, y ya muchos jóvenes e incluso adultos, empezaron a cambiar sus rutinas por horas en el celular. Al igual que en cualquier ciudad del mundo, los indígenas marubo empezaron a pasar horas encorvados sobre sus celulares, por lo que los líderes tuvieron que poner límites. El internet solo se enciende dos horas en la mañana y cinco en la tarde; los domingo se mantiene encendido todo el día.
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Pero, además del cambio de costumbres que se empezó a presentar, la inclinación hacia contenido que también ha sido problemático en el resto del mundo donde hay conexión a internet, empezó a aparecer. El consumo de pornografía aumentó, al punto de que los hombres jóvenes empezaron a compartir videos explícitos en los chats en grupo. Además de las obvias razones, estos hechos empezaron a ser controversiales, puesto que la cultura marubo ve con malos ojos a los besos en público. Pasar de esta prohibición a compartir videos pornográficos en chats grupales ha generado un gran debate en la comunidad. Pero no solo llegó la pornografía, las estafas, los extraños en línea, la adicción a redes y los videojuegos también empezaron a aparecer. Por ejemplo, los padres expresaron su preocupación ante los juegos de disparos que consumen sus hijos, “Me preocupa que de repente vayan a querer imitarlos”, comentó uno de los padres marubo. Esto corresponde a una de las grandes incógnitas que surgió cuando Elon Musk presentó la conexión a internet satelital de Starlink ¿están las comunidades remotas preparadas para la llegada del internet como lo conocemos hoy? Porque, aunque en la civilización nos preocupemos por los mismos daños que puede generar el internet, nosotros crecimos con el desarrollo de la web. Los marubo, por ejemplo, apenas están aprendiendo de los peligros en la internet cuando al tiempo están aprendiendo a usarla. Lo cierto es que Enoque marubo aseguró que volver a como eran antes no es una opción. “Los líderes han sido claros, no podemos vivir sin internet”, concluyó Enoque. Imagen: Flora Dutra