El 10 de mayo fue un día nostálgico para los melómanos: Apple anunció que dejará de producir el último iPod que mantenía de forma oficial en el mercado, el Touch; esa referencia de pantalla táctil, con Internet, con acceso directo a la Apple Store para poder descargar aplicaciones y juegos; y con capacidad para reproducir música y videos. Llegó en el 2007, el mismo año en el que Steve Jobs presentó el equipo que se convertiría en insignia de Apple y que significaría la muerte del iPod: el iPhone.
Antes de la llegada del smartphone que revolucionó la industria móvil al convertirse en uno de los más deseados de la historia, por su diseño y su pantalla táctil, el iPod era el dispositivo que reinaba en Apple. Con más de 400 millones de unidades vendidas desde el 2001, el reproductor de música no solo había salvado a la compañía de la quiebra al representarle el 50 % de las ventas de todos los productos de la marca en una época en donde IBM y Microsoft dominaban el mercado electrónico. El nuevo siglo había iniciado.
Apple has officially discontinued….. the iPod
RIP to my first ever tech purchase, an iPod touch 2nd genhttps://t.co/BJNfUXdHyc pic.twitter.com/KjCpmWDLqL
— Marques Brownlee (@MKBHD) May 10, 2022
El ascenso del iPod
Un par de años antes de que el iPod Classic hiciera su entrada triunfal, la industria musical vivía su mejor racha. Era 1999 y al menos en EE.UU, el 40 % de los hogares ya contaba con computadores personales y el 80 % de la música se vendía en formato CD. Entonces quienes querían escuchar los álbumes de sus artistas favoritos podían hacerlo a través de su computador o a través de otros dispositivos como el discman, que aunque aparatosos, para la época era bastante portable.
Pero Apple supo que podía hacer las cosas mejor que su competencia, y a falta de equipos que pudieran almacenar una cantidad mayor de música, compró la idea del ingeniero Tony Fadell de fabricar un reproductor de música portátil que incorporara un disco duro en un dispositivo que pudiera ser llevado a cualquier lugar de forma cómoda: elemento que Apple terminó incluyendo gracias al entonces jefe de hardware, Jon Rubinstein.
El producto, que almacenaba hasta mil canciones, fue todo un éxito. Sobre todo porque, en el 2001, el auge de Internet había permitido que se desarrollara todo un ecosistema que beneficiaba la piratería en la industria musical. El iPod fue el caballo de batalla de Apple en contra de ese fenómeno, pues, pese a que para inicios de siglo, menos del 5 % de quienes tenían un computador contaban con un Mac, a Fadell se le ocurrió que iTunes (el software mediante el cual los usuarios compraban canciones por US$ 0.99, lo cual significaba un precio mucho menor al que significaba comprar un CD), se hiciera extensivo para los computadores con sistema operativo Windows. La adquisición de música entonces se volvió más económica y tan masiva con como nunca antes se había visto.
La muerte del producto insignia de Apple en manos de su sucesor: el iPhone
El último iPod que lanzó Apple, fue el Touch. Su llegada, justo en el mismo año que iba a ser su entrada triunfal el iPhone, fue la sentencia de su muerte. En el 2007, cuando los celulares aún contaban con teclados físicos, el teléfono favorito de los amantes de la tecnología era el BlackBerry. Y a pesar de que su creador, Mike Lazaridis se llegó a burlar de la propuesta de Steve Jobs, lo cierto es que el iPhone provocó que luego compañías como Google, con sus teléfonos Android, copiaran la idea de Apple de incluir pantallas táctiles.
El invento subestimado por BlackBerry dio frutos y cambió la cuota del mercado móvil, pues cuatro años más tarde, en 2011, el porcentaje de participación de sus celulares en el mercado lo dominaban Android (38 %) y Apple (27 %): un escenario que nunca más cambiaría.
Pero el iPhone no solo mató a BlackBerry, sino que sepultó también las ventas del iPod, incluidas las del iPod Touch. La razón era simple: si bien este dispositivo para el almacenamiento de música contaba con un diseño similar al del smartphone de Apple, permitiendo que muchos se acercaran a la marca comprando este equipo por ser más económico que un iPhone, otros se decidieron por comprar el nuevo producto, pues el iPhone hacía todo lo que un iPod Touch podía hacer, pero incluía el componente telefónico. Era tener un reproductor musical y un celular en un mismo equipo.
Hoy el iPod es un artículo de nicho y de nostalgia, pues tanto Apple como los usuarios saben que para acceder a un catálogo musical se requiere un celular y no necesariamente un dispositivo exclusivo para la reproducción de música. Aplicaciones como Spotify y Deezer a diario suman más adeptos que solo requieren de una suscripción y de un celular con conexión a Internet para escuchar música: motivo suficiente para que la empresa anunciara el pasado 10 de mayo, que dejará de producir su último iPod vivo (el Touch) y que venderá sus últimas unidades hasta agotar existencias.
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