Pese a la resistencia, compañías como Facebook o Visa parecen creer que los NFT son una tendencia que marcará la economía digital del mañana. No es complicado el pensar el por qué, cuando las colecciones de Bored Apes se cotizan por los millones de dólares y celebridades lucen sus simios aburridos como joyas o vestidos de colección. Sin embargo, un reporte de Bloomberg asegura que hoy una de cada tres colecciones de NFT no vale nada.
La información proviene de Nansen, la firma de analytcs de Blockchain. De acuerdo con la información recolectada (que analizó cerca de 8400 colecciones y cerca de 19.3 millones de NFT) en la actualidad un tercio de las colecciones NFT no tiene ninguna actividad de cambio. Igual de interesante es que otro terció están siendo intercambiadas por un precio mucho menor que les costó a los creadores el mintear (que es el proceso a través los tokens adquieren su certificado de ‘originalidad’).
¿Significa esto la muerte de los NFT o su desaparición? No. Lo que los expertos están viendo es un comportamiento similar al que tuvieron las primeras criptomonedas: una enorme cantidad de oferta, que no corresponde a la demanda real de estos activos, lo que lleva a un porcentaje importante de proyectos. Los defensores de los NFT aseguran que los números actuales corresponden a un mercado que se está estabilizando.
Sin embargo, para algunos estos números también pueden demostrar la verdadera naturaleza de los NFT: un mercado concentrado y particularmente detenido debido a la oposición por parte de una buena parte del público que no entiende o ve con buenos ojos estos activos. Aunque los compradores de NFT ha incrementado a inicios de 2022, lo cierto es que la demanda está más bien concentrada.
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También es importante mencionar que incluso con estos activos que se están intercambiando, su valor es puramente especulativo. El mayor problema actual de la mayoría de campañas de NFT es que ofrecen los activos como imágenes digitales cuyo valor existe en tanto haya una demanda por ellos y se busquen ‘coleccionar’. Por ejemplo, la razón del precio de los Bored Apes no está en que provengan de algún artista importante, sino en que fueron comprados por figuras de alto nivel y que además se creó un sistema de ‘rareza’ que impulsó todavía más su precio. Con esto queremos decir que, al menos en el sistema actual, el precio de los NFT parece estar sostenido por el interés que generan… lo que despierta dudas sobre si este interés está siendo mantenido únicamente por aquellas personas a las que no les conviene que las colecciones pierdan su valor (compradores y coleccionistas).
El problema real está en la dificultad de crear un caso cuando figuras como Madona compran un NFT por 571.000 dólares (2,143 millones de pesos, aproximadamente).
