La crisis de Tigo se ha resuelto… al menos en su etapa más crítica. Esta semana se aprobó el plan de capitalización de TIGO UNE, que para la persona común significa que los dueños de la empresa se han puesto de acuerdo en cómo conseguir el dinero que la compañía necesita para seguir funcionando. ¿Pero pueden estar los usuarios de TIGO tránquilos?
¿Qué ocurrió?
De manera resumida, se presentó un plan para obtener los 300 millones de pesos que necesita la empresa para cumplir con sus responsabilidades financieras. El acuerdo final es que EPM (una de las partes del acuerdo) pasará este dinero con una serie de promesas que definen: cuánto se desembolsará, qué debe dar a cambio Millicom y cuáles son los resultados que se esperan.
¿Quiere decir que Tigo ahora no está en bancarrota?
Realmente nunca lo estuvo. Lo que existía era el riesgo de que la compañía entrara en bancarrota si no se llegaba a algún acuerdo.
La situación de la compañía sigue siendo delicada. Para empezar, la principal razón por la que TIGO EPM necesitaban este dinero es porque la administración en los últimos años la ha dejado en un estado crítico. La empresa decidió apostar por la red incorrecta en la subasta del espectro, realizó una inversión importante en infraestructura en los últimos años y ahora se enfrenta a la perspectiva de la subasta 5G y una cartera apretada para participar.
Dicho de otra manera, el problema nunca fue que TIGO UNE quebrara en los últimos meses. La duda era si la crisis más fuerte llegaría en unos meses o en unos años. La primera opción ha sido descartada, pero la 2 sigue siendo una alternativa real.
¿Qué sigue para TIGO UNE?
Lo primero es ver si el plan de capitalización se cumple de acuerdo con lo prometido. Hay que comprobar qué tan exitosa será la aplicación de este capital para que los resultados de la compañía mejoren en los últimos años.
Quizás el reto más importante es que la confianza en el mercado tuvo un golpe muy fuerte. Todo el drama por la lucha entre socios disminuyó la valoración de la empresa. También reveló muchos problemas internos que cambian el panorama a futuro de TIGO EPM y su posición en el mercado.
¿Deben estar preocupados los usuarios de TIGO UNE?
Es una pregunta complicada. La idea no es generar pánico, pues la situación actual de la empresa no es tan delicada que los usuarios deban pensar en perder su servicio o contratos. Pero lo cierto es que sería incorrecto asegurar que el problema ha terminado. TIGO UNE tiene que resolver su problema actual que ya no es conseguir el dinero para funcionar, sino generar el dinero para ser rentable a largo plazo.
La prueba de fuego será la subasta 5G. Si la empresa toma decisiones inteligentes en este momento, será un indicio de que se está preparando para la nueva era de tele comunicaciones, pero si termina como un actor secundario… entonces la pregunta es cómo planea sobrevivir a las próximas décadas.
Imágenes: Archivo ENTER.CO
