El presidente de EE.UU, Joe Biden, anunció en la tarde del 24 de febrero una serie de nuevas sanciones financieras a Rusia, con el fin de bloquear su capacidad económica y evitar que el país pueda fortalecer su ejército.
Las restricciones incluyen limitar la capacidad de Rusia de hacer intercambios económicos en dólares, euros, libras esterlinas y en yenes japoneses; el congelamiento de bienes de cuatro bancos; la imposibilidad de que las empresas estatales rusas recauden fondos de inversores en EE.UU y en Europa; y el recorte a más de la mitad de las importaciones tecnológicas de Estados Unidos a Rusia. Sin embargo, analistas pronostican que el gigante asiático, y especialmente sus “multimillonarios corruptos” (quienes serán agrupados por el gobierno de Joe Biden en un listado de ciudadanos donde ya hay 555 sancionados) podrían burlar los bloqueos económicos, si deciden optar por el uso de criptodivisas.
Today, I am authorizing additional strong sanctions and new limitations on what can be exported to Russia. This will impose severe costs on the Russian economy — both immediately and over time.
— President Biden (@POTUS) February 24, 2022
Te puede interesar: 10 cuentas para informarse sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania
Y es que si bien hasta hace unas semanas todo parecía indicar que el Banco Central de Rusia estaba decidido a prohibir las criptomonedas como medio de pago y a vetar a los exchanges, a las plataformas B2B y la minería de bitcoin, el pasado viernes 18 de febrero, desde el Ministerio de Finanzas se presentó una serie de propuestas más laxas. Desde esa cartera la postura se orientó hacia una regulación capaz de rastrear las transacciones para no solo evitar el lavado de dinero, sino para fomentar también “una oportunidad económica para los negocios establecidos legalmente”.
De acuerdo al New York Times, los funcionarios del gobierno norteamericano creen que las criptomonedas podrían significar la forma en que Rusia evada las sanciones, porque justamente para eso han servido en los países aislados económicamente por occidente como Irán y Corea del Norte. Por esta razón, las autoridades están considerando la manera de echar mano también de los activos digitales de los oligarcas rusos.
Esta preocupación se comenzó a expresar desde el Departamento del Tesoro en octubre de 2021, cuando se recordaba cómo en 2014, cuando EE.UU prohibió a sus ciudadanos hacer negocios con bancos rusos como respuesta a la invasión ilegal a Crimea, si bien Rusia reportaba pérdidas anuales que se estimaron en US$ 50 millones, el mercado global de las criptomonedas se disparaba al mismo tiempo.
Actualmente no solo se calcula que el volumen anual de transacciones de criptomonedas en Rusia llegan hasta los US$ 5.000 millones, sino que se han registrado pruebas de que el gobierno de Putin ha hecho ensayos con una moneda digital propia. Esta se pretendería comercializar directamente con otros países dispuestos a no convertir el valor del “rublo digital” en dólares.
Imágenes: Archivo