¿Cuánto valdrían estos audífonos la próxima semana en Amazon o Shein? Subida de artículos por aranceles Trump

Un cargador de celular de 12 dólares podría costar 24 dólares la próxima semana. Y si compraste ropa en Shein por 50 dólares , prepárate para pagar el doble por esa misma prenda. ¿La razón? La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha entrado en su fase más agresiva hasta ahora, y el consumidor norteamericano —y por extensión, el global— será quien reciba el golpe más duro.

Este lunes, la Casa Blanca confirmó que si China mantiene su contraofensiva arancelaria, el gobierno de Donald Trump implementará un incremento del 50% adicional a los aranceles ya existentes, llevando el total de tarifas sobre productos chinos a un insólito 104%. Es decir, si un importador estadounidense paga 100 dólares por una bicicleta en China, tendrá que pagar otros 104 dólares en impuestos al gobierno de EE. UU. para poder venderla en el país.

La magnitud de este número es exagerado, no solo porque duplica el costo del producto antes de llegar al consumidor, sino porque el 70% de los productos que se venden en Amazon son fabricados o ensamblados en China. Y si bien muchas plataformas digitales pueden ser ágiles, no pueden cambiar en semanas las cadenas de suministro que tardaron décadas en consolidarse.

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Aunque Amazon es una plataforma global, buena parte de su músculo logístico y de ventas depende de productos chinos, especialmente en las categorías de tecnología, hogar, moda y juguetes. Con los nuevos aranceles, una gran parte de sus productos vería un aumento directo de hasta un 100% en precio final al consumidor, si la empresa decide trasladar completamente el costo al cliente.

Por ejemplo:

Un set de audífonos que hoy cuesta 25 dólares, podría llegar a costar 50 dólares o más.

Una cafetera china de 80 dólares pasaría fácilmente de los 160 dólares.

Una caja de luces LED por 15 dólares podría alcanzar los 30 dólares, solo en tributos.

Ahora bien, si Amazon opta por absorber parte de los aranceles, como hizo tímidamente en la guerra comercial de 2018, reduciría sus márgenes de ganancia a niveles insostenibles. Y eso podría traducirse en despidos, menor inversión en innovación o un encarecimiento de su servicio Prime.

En cuanto a Shein y Temu, gigantes del fast fashion y del comercio transfronterizo ultraeconómico, el golpe podría ser incluso mortal. Estas plataformas han construido imperios basados en precios ridículamente bajos gracias a una operación vertical en China. Si deben enfrentarse a un 104% de impuestos para entrar a EE. UU., perderán su ventaja competitiva de inmediato.

Y aunque podrían intentar hacer envíos desde terceros países como Vietnam o Bangladés, no es algo que pueda resolverse en un trimestre.

¿Y los consumidores?

Lo más irónico de esta guerra es que no hay ganadores claros, pero sí perdedores obvios, las personas que compran. La clase media estadounidense (y latinoamericana, que muchas veces depende de compras por Amazon USA) sufrirá una inflación importada disfrazada de “política comercial agresiva”.

A pesar de que Trump insiste en que “no hay inflación”, los economistas prevén un aumento inmediato de precios en sectores clave como electrónica, textiles, juguetes y electrodomésticos. Un carrito promedio de Amazon que hoy vale 200 dólares podría elevarse a 350 dólares con facilidad.

Y como si fuera poco, las bolsas mundiales ya reaccionan: Hong Kong se desplomó más de un 13%, el Nikkei japonés cayó casi 8% y Wall Street perdió $6 billones en dos días.

La pregunta que todos se hacen ahora es, ¿será esto temporal o estamos ante una nueva normalidad del comercio internacional? Trump, fiel a su estilo, no da señales de ceder. Y mientras la diplomacia se enreda, más de 50 países ya han pedido reuniones con EE. UU. para evitar ser arrastrados por esta avalancha arancelaria.

Pero para el consumidor promedio, la consecuencia será inmediata: comprar por internet ya no será sinónimo de ahorro, sino de lujo.

Así que la próxima vez que abras Amazon y veas tu carrito, recuerda este número: 104%. Puede que sea el nuevo impuesto silencioso que defina la economía de los próximos años.

Digna Irene Urrea

Digna Irene Urrea

Comunicadora social y periodista apasionada por las buenas historias, el periodismo literario y el lenguaje audiovisual. Aficionada a la tecnología, la ciencia y la historia.

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