Desde ayer, 21 de octubre y hasta el próximo 1 de noviembre de 2024, se está llevando a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP16), esta vez con Colombia como anfitriona. La COP16, que se está realizando en Cali, acoge a todos los sectores que buscan contribuir al medio ambiente, entre ellos, la industria de la belleza. A medida que el evento se acerca, más de 12,000 visitantes de todo el mundo se reunirán en la capital vallecaucana para discutir las soluciones necesarias frente a los retos climáticos y ambientales. En este escenario global, la industria de la belleza ha decidido destacar sus esfuerzos para reducir su impacto ambiental y contribuir a un desarrollo más sostenible.
Transformación hacia la sostenibilidad en la cosmética
Tradicionalmente, la industria cosmética ha sido criticada por su impacto ambiental, debido al uso intensivo de plásticos, químicos nocivos y prácticas como el testeo en animales. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un cambio significativo en el enfoque de muchas empresas del sector. La adopción de prácticas sostenibles ya no es una tendencia pasajera, sino una necesidad urgente para la industria y el planeta.Marcas de belleza están implementando criterios de sostenibilidad rigurosos que abarcan desde la producción hasta la distribución de sus productos. Según Camilo Zuluaga, CEO de la empresa colombiana Krika, uno de los principales criterios para incluir marcas en su portafolio es que estas se alineen con un enfoque sostenible. Esto incluye el uso de empaques biodegradables, ingredientes naturales y respetuosos con el medio ambiente, y la eliminación de pruebas en animales.“Más que una tendencia, queremos que la sostenibilidad se convierta en una costumbre para la industria”, afirma Zuluaga, quien ve en la COP16 una oportunidad para que el sector reafirme su compromiso con el planeta.
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Iniciativas clave para reducir el impacto ambiental
La industria de la belleza está tomando varias medidas para reducir su huella ambiental. Entre las más destacadas se encuentra la reformulación de productos para eliminar químicos nocivos, como los parabenos y sulfatos, que suelen ser dañinos tanto para la piel como para los ecosistemas acuáticos cuando se filtran a través del agua. Además, se ha incrementado el uso de envases reciclables y materiales sostenibles, lo que refleja una apuesta integral por un consumo más consciente.Por otro lado, un número creciente de empresas ha adoptado la producción de artículos veganos y “cruelty-free”, es decir, que no han sido probados en animales. Estas prácticas están alineadas con los estándares internacionales de responsabilidad ecológica y ética, que cada vez son más valorados por los consumidores.Además, varias compañías están obteniendo certificaciones de carbono neutro, lo que implica la compensación de las emisiones de carbono generadas durante la producción mediante iniciativas como la reforestación de áreas protegidas o la inversión en energías renovables.
Un cambio necesario para el futuro
La COP16 representa un punto de inflexión para la industria cosmética, que ha comenzado a reconocer su responsabilidad frente a la crisis ambiental. Según Zuluaga, la sostenibilidad ya no es solo un ideal, sino una obligación. Las marcas que no adopten prácticas sostenibles corren el riesgo de quedar rezagadas en un mercado cada vez más competitivo y exigente.El compromiso de la industria de la belleza con el medio ambiente no solo beneficia al planeta, sino también a los consumidores, quienes cada vez demandan productos más responsables y éticos. La sostenibilidad se ha convertido en un factor decisivo de compra, y la COP16 ofrece una plataforma para que las empresas cosméticas demuestren su compromiso con un futuro más verde y consciente.Imagen: Kinokrown
