Una pelea familiar en el seno de la dinastía Lee, propietaria del grupo Samsung, llegó a los tribunales de Corea del Sur. Lee Gun-hee, presidente de la compañía y gestor del cambio en un conglomerado que pasó de vender pescado seco a ser uno de los más grandes jugadores del mercado de la electrónica, fue demandado por dos de sus hermanos que lo acusan de ocultarles las acciones a las que, afirman, tienen derecho.
Lee Maeng-hee y Lee Sook-hee, hermanos de Gun-hee, lo acusan de ocultarles que su padre, Lee Byung-chull, les había heredado acciones de algunas compañías del Grupo Samsung y de ponerlas a nombre de personas ficticias. El valor de estas acciones supera los 1.000 millones de dólares.
El problema no es de dinero. Debido a la forma en la que está estructurado el grupo y a las leyes de Corea del Sur, si Gun-hee perdiera poder sobre esas acciones tendría que vender su participación en Samsung Electronics, la joya de la corona y pieza clave de la importancia de la firma coreana a nivel mundial. Por eso, analistas citados por Reuters especulan que Maeng-hee intentará pagarles a sus hermanos para conciliar y evitar el juicio.
La disputa comienza cuando Byung-chull, fundador de Samsung, decidió retirarse en 1967 y traspasar el control de la compañía a Maeng-hee, su hijo mayor. La gestión de Maeng-hee provocó fricciones al interior de la compañía, y en 1987 fue retirado tras un movimiento de Lee Chang-hee, el segundo hijo de Byung-chull. Sin embargo, el padre retomó el control del grupo al poco tiempo y, cuando le fue diagnosticado un cáncer en 1976, decidió que Gun-hee, el actual presidente, lo sucediera.
Tras su muerte en 1987, Byung-chull no dejó ningún testamento escrito en el que expresara cómo quería que se repartieran sus bienes entre sus hijos. Sin embargo, para los abogados del actual presidente de la compañía, el hecho de que su padre le traspasara el control juega a su favor: “El fundador de Samsung dijo claramente que su deseo era que Lee Kun-hee lo sucediera en el control del grupo, y eso naturalmente incluye su deseo de transferirle las acciones […] al acusado para asegurar su poder de decisión”, afirman los defensores.
Gun-hee hace pocos días se refirió en términos despectivos a Maeng-hee y a su hermana Sook-hee. Según reporta The Wall Street Journal, del primero dijo que “fue expulsado de la familia” por traicionar a su padre, y de la segunda aseguró que “era una amada hija antes de su matrimonio” con un miembro de la familia Kemsung, copropietaria de LG Electronics, el gran rival de Samsung. Tras su divorcio, dice Gun-hee, la mujer “llegó a casa, rogó y se quejó”, añadió el demandado.
¿Afectará esta pelea la exitosa marcha de Samsung? Gun-hee les dijo a medios coreanos que “no se involucrará en asuntos relacionados con las demandas y solo se concentrará en hacer crecer al Grupo Samsung”, según afirma Bloomberg. Sin embargo, analistas citados por ese medio y por Reuters aseguran que este caso legal puede poner en riesgo la gobernabilidad de la compañía y, en concreto, la sucesión del poder de Gun-hee a su hijo Jay.
La acción, por ahora, no ha resentido los efectos del conflicto y tan solo ha tenido pequeñas bajas tanto en Seúl como en Londres, las plazas donde se cotiza.
Interesante como el poder tiene un alto nivel de disputas hasta en el seno de la familia!
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