Mientras que en Colombia Uber anuncia nuevas modalidades de conducción y mantiene la tradición de protestas por parte del gremio de taxistas después de cada nuevo anuncio, la empresa enfrenta una de las crisis más fuertes en su historia. Hace dos semanas la compañía informó que tenía planes de despedir a cerca de 3.700 de sus empleados. Ese número ha aumentado a 6.700, con el anuncio de otros 3.000 despidos.
Se trata de una reestructuración importante. En menos de un mes la compañía se ha deshecho de cerca de un cuarto de su nómina. No solo esto, sino que Uber también cerrará 45 oficinas más. También afirmó que está evaluando el cierre de todas sus actividades no esenciales. Esto significaría que algunos de sus proyectos, como el carro volador o sus vehículos autónomos, serían puestos en pausa.
Es un movimiento lógico. Mientras que muchos servicios digitales tuvieron un boom durante la época del COVID-19, la plataforma de transporte sufrió un golpe importante a su servicio. Con reglas estrictas de movilidad que prohibían a los vehículos particulares el circular en la mayoría de los países, la cantidad de viajes se vio disminuida de manera importante. De acuerdo a Engadget, antes de la crisis de salud de 2020 estos viajes particulares representaban un 75% de las ganancias de la compañía.
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Y cabe destacar que estos números hacen referencia a empleados directos de la empresa, no sus conductores. Los particulares que habían encontrado en Uber una manera de traer ingresos a sus hogares se han visto todavía más afectados, pues durante meses vieron sus ingresos recortados. Una situación más agravante en países como Colombia, donde la situación ‘legal’ de Uber complica todavía más el reintegro de estos conductores a sus actividades del día a día.
La compañía no se encuentra sola en esta actitud de tiempos austeros. Los restaurantes, servicios de movilidad y turismo no solo han entrado en una crisis, sino que se han llevado consigo a las apps que las alimentaban. Airbnb (el servicio de renta de espacios) también tuvo que recortar hasta un 25% de su operación, que significó 1.900 despidos.
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