El Departamento de Comercio de Estados Unidos confirmó este viernes que comenzará el proceso para dejar de ejercer vigilancia sobre el Icann, el organismo regulador de la web, según reportan medios como The Wall Street Journal y The Washington Post.
La principal tarea del Icann es administrar el sistema de DNS, que es el que permite conectar direcciones IP con dominios específicos, como ‘enter.co’. Además administra y regula algunos de los protocolos que hacen posible el funcionamiento de la web.
Aunque es un organismo multilateral e independiente, Washington mantiene vigilancia sobre él –que el WSJ califica como “burocrática“–. Se desconocen las consecuencias prácticas de la decisión de Estados Unidos.
Esa vigilancia ha estado bajo sospecha desde que el excontratista de la CIA Edward Snowden reveló las actividades de vigilancia masiva de la NSA. Muchos gobiernos internacionales han cuestionado la neutralidad del Icann y han criticado el hecho de que Estados Unidos pueda tener una influencia sobredimensionada en el gobierno de Internet. Además, se ha señalado que Washington podría usar ese poder para restringir, o al menos dificultar, el acceso a algunos sitios web que vayan en contra de sus intereses.
Pero la presión sobre el Icann viene de hace mucho tiempo. En 2012, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), un organismo de Naciones Unidas que fija algunos estándares de comunicaciones y tiene representantes de casi 200 países, discutió si la red debería pasar a manos de un organismo manejado y supervisado por varios gobiernos.
La principal preocupación de Estados Unidos es que eso no ocurra. Una de las condiciones que puso el Departamento de Comercio para comenzar el proceso de transición es que el control de la red no quede en manos de ningún otro gobierno ni grupo de gobiernos. Esto responde a los temores de que, en caso de que la gobernanza de la red se hiciera como lo pide la UIT, países como China, proclives a la censura, adquirieran un poder desmesurado.
Otra de las preocupaciones que podrían surgir en el proceso tiene que ver con la intención, expresada por varios países, de comenzar a cobrarles a los proveedores de contenidos por el uso de la infraestructura de telecomunicaciones. Se ha dicho que eso financiaría la construcción de accesos a la red en lugares donde éstos no existen, pero a cambio se ha criticado que una medida así haría que la barrera de entrada de nuevos jugadores al negocio de internet fuera muy alta.
El presidente del Icann, Fadi Chehade, expresó su complacencia por la decisión estadounidense y aseguró que en el proceso “no se hará nada que, de alguna manera, ponga en riesgo la seguridad y estabilidad de internet“.