Descubren grupo en Telegram con más de 70mil hombres que compartían consejos para abusar sexualmente de mujeres

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Cuando pensábamos que no había una noticia de abuso sexual que superara al reciente caso de Gisèle Pelicot, una nueva investigación arrojó otro de esos perturbadores casos.  El medio alemán ARD reveló la existencia de un chat en Telegram con más de 70 mil hombres que compartían consejos, videos y estrategias para abusar sexualmente de mujeres. Esta revelación ha encendido las alarmas sobre la creciente utilización de plataformas digitales para cometer y promover delitos graves, dejando al descubierto un problema de proporciones alarmantes.

 

El grupo operaba en un espacio aparentemente “privado” dentro de Telegram. Sus integrantes intercambiaban material explícito, incluidas imágenes de ellos mismos u otros hombres abusando sexualmente de mujeres, además de discutir cómo acceder sexualmente a sus víctimas. Entre los temas más escalofriantes se incluían tutoriales para administrar drogas a mujeres con el fin de anular su voluntad, así como técnicas para eludir la detección de las autoridades.

 

El caso salió a la luz gracias a la denuncia de colectivos feministas y expertos en ciberseguridad, quienes durante meses estuvieron monitoreando estas actividades y documentando las pruebas necesarias para poner el tema en manos de las autoridades. Aunque la investigación inicial fue liderada en Portugal, las ramificaciones del grupo abarcan múltiples países, evidenciando la naturaleza transnacional del problema.

 

De acuerdo con la investigación, los usuarios de estos grupos confesado haber agredido sexualmente a mujeres de su círculo cercano, incluyendo familiares y parejas. Además de los consejos y los videos compartidos, se compartían enlaces de tiendas en línea que venden sedantes disfrazados de productos de belleza. Sin embargo, lo más escalofriante es que entre ellos se ofrecían a las mujeres cercanas (vecinas, hermanas, mamá) para que otros abusaran sexualmente de ellas, así como si fueran una muñeca inflable.

 

Telegram, conocido por sus políticas de privacidad y la posibilidad de crear grupos masivos, ha sido señalado por facilitar la formación de estos espacios peligrosos. Aunque la plataforma afirma colaborar con las autoridades para combatir actividades ilegales, también enfrenta críticas por su falta de regulación proactiva y transparencia en estos casos.

 

El impacto de este descubrimiento no solo pone en evidencia el uso de la tecnología como herramienta para perpetuar la violencia de género, sino que también subraya la necesidad urgente de actualizar los marcos legales para abordar estos delitos digitales. La mayoría de las leyes actuales están enfocadas en crímenes tradicionales y carecen de disposiciones específicas para enfrentar la difusión no consensuada de contenido sexual o la incitación al abuso mediante redes sociales.

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Por su parte, las autoridades han comenzado a rastrear a los responsables y a los participantes más activos del grupo, aunque el anonimato que ofrece Telegram representa un desafío significativo. Sin embargo, expertos en ciberseguridad han destacado que, aunque eliminar el grupo es un paso crucial, no resuelve el problema de fondo: la normalización de una cultura que cosifica y vulnera a las mujeres.

 

El caso también ha desatado una ola de indignación en las redes sociales, donde miles de usuarios han exigido justicia y han cuestionado la responsabilidad tanto de las plataformas digitales como de los sistemas judiciales. Mientras tanto, organizaciones feministas han aprovechado la ocasión para reforzar sus campañas de sensibilización y educación sobre violencia de género, insistiendo en la importancia de crear espacios seguros tanto en el mundo físico como en el digital.

 

Este descubrimiento no solo expone un acto repugnante de violencia sistemática, sino que también llama a la acción colectiva para enfrentar la misoginia en todas sus formas. La pregunta que queda es: ¿cómo transformaremos esta indignación en medidas concretas para garantizar que las plataformas tecnológicas sean un espacio seguro para todos y TODAS?

 

Imagen: Artem Labunsky

Alejandra Betancourt

Alejandra Betancourt

Dicen que una buena manera de viajar es a través de la lectura, a mí me gusta navegar entre las letras y construir también mis propios trayectos. Me interesa que todos sepamos lo que sucede en el mundo, así que estudié Comunicación Social. Actualmente y con el propósito de escribir mis cuentos y próximas novelas, estudio Creación Literaria.

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