Las tensiones entre Estados Unidos e Irán han escalado nuevamente, esta vez en el ámbito cibernético. Según el FBI y otras agencias de inteligencia, hackers iraníes han lanzado ataques dirigidos a las campañas presidenciales de Donald Trump y Joe Biden-Kamala Harris. Estas presuntas acciones, que incluyen robos de información y operaciones de desinformación, buscan influir en las elecciones de 2024.Las agencias estadounidenses señalan que Irán ha aumentado significativamente su actividad cibernética contra objetivos políticos clave. Entre las tácticas empleadas se encuentran ataques de phishing y hackeos dirigidos a los correos electrónicos de figuras prominentes en ambas campañas. El objetivo principal de estos ataques sería manipular la opinión pública y sembrar dudas sobre la legitimidad del proceso electoral. El FBI ha resaltado que estos ciberataques no son un fenómeno nuevo, pero la frecuencia y agresividad han crecido notablemente en el último año. Se mencionan como ejemplos intentos de infiltración en las cuentas de correo electrónico de asesores cercanos a Trump, lo que podría poner en riesgo información sensible y estratégica para la campaña. Sin embargo, los ataques contra la campaña de Biden y Harris parecen haber sido menos efectivos.Por su parte, Irán ha respondido a las acusaciones negando cualquier participación en estas actividades. En un comunicado emitido por su misión ante la ONU, el gobierno iraní tachó las acusaciones de infundadas y carentes de pruebas. Irán mantiene que no tiene interés en interferir en los procesos democráticos de otros países, señalando que estas denuncias forman parte de una campaña de desprestigio contra la República Islámica.
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Impacto en las elecciones y el escenario geopolítico
La supuesta intervención de Irán en las elecciones estadounidenses añade un nuevo capítulo a la ya tensa relación entre ambos países. Los ciberataques son parte de un patrón más amplio de injerencia extranjera que ha marcado las elecciones en EE. UU. desde 2016, con Rusia siendo el actor más destacado en los ataques anteriores.A medida que se acercan las elecciones de 2024, el temor a una influencia extranjera en los resultados es cada vez más palpable. Las agencias de seguridad estadounidenses están en alerta máxima para prevenir cualquier intento de sabotaje cibernético que pueda afectar la integridad del proceso electoral. El impacto de estas actividades no solo se limita al ámbito electoral, sino que también podría tener consecuencias más amplias en las relaciones diplomáticas entre EE. UU. e Irán. Las sanciones y presiones internacionales contra Irán podrían intensificarse, aumentando las tensiones en una región ya de por sí volátil. Imagen: Ernie Journeys